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Paz y drogas en la ONU

El presidente Juan Manuel Santos habló el miércoles ante la Asamblea General de las Naciones Unidas y dijo cosas muy importantes en materia de paz y drogas.

El Espectador
27 de septiembre de 2012 - 11:00 p. m.

Son, de lejos, dos temas vitales en los que el primer mandatario ha tomado el toro por los cuernos. Ya puestos sobre la mesa internacional, y con compromisos específicos en cada uno de ellos, la apuesta de Santos cuenta ahora con testigos más allá de las fronteras.

Entre los aspectos a resaltar, el presidente mencionó que ambos asuntos tendrán una definición en menos de un año. Sobre el primero, el de la paz, a pesar de que por la complejidad del problema pueda parecer algo difícil de lograr, Santos dijo que “sabiendo que este proceso debe tener plazos breves y términos concisos para ser exitoso, confío en poder entregar a esta asamblea el próximo año un balance positivo de este esfuerzo que emprendemos con todo entusiasmo para lograr el fin de nuestro conflicto, que ya va a cumplir 50 años”. Eso esperamos todos los colombianos, como también la comunidad internacional, de acuerdo con las manifestaciones de apoyo que ha recibido el discurso presidencial.

Con el flagelo del narcotráfico pasa algo similar. Citando de nuevo textualmente al presidente Santos, “hay que determinar sobre bases objetivas, bases científicas, si estamos haciendo lo mejor que podemos o si existen mejores opciones para combatir con más eficacia ese flagelo”. Aquí también hay un camino andado que puede haber pasado inadvertido, pero que según las indicaciones va bien encarrilado.

Durante la Cumbre de las Américas en Cartagena, contrario a la percepción general, salieron cosas concretas más allá de la malograda declaración final. Fuera de los 47 mandatos que se aprobaron sobre temas específicos, hubo uno muy especial en materia de drogas. La propuesta fue delegar en la OEA la realización de un estudio que no termine metido en una gaveta de las oficinas públicas sino, como lo dijo el presidente Santos ante la ONU, utilice una metodología especial que permita llegar a unos escenarios posibles para la lucha contra el narcotráfico.

Lo interesante de la propuesta, según se desprende de lo que se lleva adelantado, es que no se trata de decirles a los países cuál es la solución, sino cuáles son las alternativas posibles luego de un gran trabajo de campo en todo el hemisferio. De ahí en adelante serán los gobiernos los que decidirán qué hacer. Según el mandato que dieron los presidentes en Cartagena, el estudio de la OEA deberá estar entregado en el primer trimestre del año entrante.

Estos dos temas que en Colombia tienen una relación tan estrecha, conflicto interno y narcotráfico, han pasado paulatinamente de la visibilidad negativa que usualmente acompaña el nombre de Colombia a mostrar ante el mundo que los mismos tienen un manejo y eventuales fórmulas de solución. Esto es lo que los entendidos llaman asuntos “intermésticos”, es decir, aquellos que van amarrados tanto de la agenda interna de los estados como de la del resto del mundo.

Ya el presidente Santos contaba en el continente con la solidaridad de la mayoría de los países de la región. El hecho de que ahora cuente además con el visto bueno de Naciones Unidas y sus países miembros, es un elemento más que fortalece la viabilidad de su manejo y feliz conclusión, al menos en el tema de la paz y de nuevas alternativas para el tema del narcotráfico.

El tiempo dirá si las expectativas existentes en el momento se van a cumplir o no. Sobra decir que abogamos porque ambos se cumplan, y con creces.

Por El Espectador

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