Notas al vuelo

El dulce encanto

Gonzalo Silva Rivas
14 de marzo de 2017 - 09:00 p. m.

El gran salto dado por Miami en estos últimos años resulta sorprendente. Luego de la burbuja hipotecaria que en 2008 estremeció y amenazó con colapsar las finanzas estadounidenses y castigó con dureza a la Capital del Sol, el entonces apacible y soleado puerto de cruceros, que centraba su interés en la variedad y calidad de sus playas y centros comerciales, se transformó en vibrante metrópoli, generosa en propuestas turísticas y en actividades de entretenimiento.

Aquella antigua estampa de ciudad pausada, sembrada de palmeras, con temperaturas de alto voltaje, cuyas avenidas devoraban jubilados felices y visitantes latinos dispuestos a darse toques de distinción, quedó en el recuerdo de los viejos turistas, que ahora la descubren como una urbe global, animada y desbordante. Su vida nocturna se prendió y la oferta cultural y gastronómica despuntó en espacios públicos y privados, con una lujosa carta de presentación que la coloca entre las mejores de mundo.

La Miami de los últimos años se tonifica, cambia de cara y palpita entre la diversidad. En su área metropolitana revive el boom inmobiliario, con hileras de nuevos y modernos edificios, torres de apartamentos, condominios, almacenes de comercio y obras públicas, diseñados por afamados arquitectos internacionales que le reinventan el diseño a su atrayente arquitectura.

Trasmutación que le apunta a varios años más, con la puesta en marcha del “2025 Miami Master Plan”. Ambicioso programa de desarrollo y remodelación de infraestructura y espacio público, concentrado en cuatro distritos anexos que conformarán The Greater Downtown, la llave maestra que abrirá sus puertas —en menos de una década— como epicentro social, cultural y de negocios de las Américas. 

La principal ciudad de la Florida se posiciona como la segunda en crecimiento de los Estados Unidos y como una de las de mayor índice de progreso reciente en el planeta. Su desarrollo urbano, de servicios y de alternativas turísticas y de entretenimiento alcanza niveles superiores de satisfacción. Estándar que le permite competir en importancia —hombro a hombro— con New York, París, Londres, Milán o Berlín.

Tres grandes parques naturales; modernos centros culturales y de recreación; revitalizados museos, teatros y galerías de arte; famosas boutiques, glamurosos restaurantes y multitud de cafés bohemios, se suman a sus tiendas, playas y paseos en yate, para elaborar un surtido catálogo de sorpresas, donde el espacio público, con eventos populares gratuitos, representa una excelente tajada de actividad diaria para los turistas. Festivales y eventos folclóricos de concurrencia masiva se celebran a lo largo del año y cada mes se ferian servicios comerciales, con promociones que abarcan todo tipo de propuestas, desde spa y surfing hasta gastronomía y atracciones.

Miami es la ciudad con mejor conectividad aérea en Estados Unidos. Ciento nueve aerolíneas la encadenan con el mundo, reflejo del momento por el que atraviesa su industria turística. Durante 2016, 15.8 millones de turistas se imbuyeron en su innovadora magia de paraíso tropical, donde la cultura y el entretenimiento se esparcen 24 horas diarias. Su aeropuerto internacional, sometido a justificada renovación, recibió 616.000 viajeros de Colombia, cifra que pone a este país a repuntar como su primer emisor en América Latina y el segundo del continente, después de Canadá.

Este estratégico centro financiero y comercial atrae diariamente la mirada de inversionistas extranjeros y dirige su ordenamiento urbano con inteligencia y gestión gubernamental. Da rienda suelta a su transformación, mientras se inserta entre las diez urbes globales puestas en la mira de los turistas más acaudalados del planeta.

Sin embargo, el dulce encanto de Miami, más allá de su renovación a pasos agigantados y de su particular y abundante oferta de actividades y servicios, se resume en la oportunidad de disfrutar de las comodidades del estilo gringo dentro de un acogedor ambiente latino, liberado de barreras idiomáticas. Se sintetiza en ese sabor tropical de una urbe moderna y bulliciosa, que resulta familiar para los turistas colombianos, quienes hoy en día mandan la parada de los viajeros que se explayan por la mágica Ciudad del Sol.

gsilvarivas@gmail.com

@Gsilvar5

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