El enigma de los vinos franceses

Hugo Sabogal
22 de septiembre de 2012 - 11:00 p. m.

Si fuéramos rigurosos con nuestra afición al vino, debiéramos empezar por conocer Francia y, luego sí, explorar el resto de regiones productoras del mundo.

Para empezar, los cepajes con los que hoy se hace vino provienen, en su mayoría, de ese país europeo. Lo mismo ocurre con las técnicas agrícolas y los procesos de elaboración en bodega.

La pregunta es: ¿por qué nos cuesta tanto trabajo entender y aprender de vinos franceses? El interrogante ha flotado en el ambiente durante la última edición de The Wine Experience, que se celebra hasta hoy en el marco de Gastronomía 2012, en Corferias. Francia es allí el invitado de honor y los stands con vinos de ese país han tenido que esforzarse para mostrarle a un público ávido y confundido cómo descubrir y disfrutar lo que hay en cada botella de vino galo.

“Para mí, el primer obstáculo es el miedo”, dice Leonardo Henao, importador de vinos franceses. “La gente no sabe o ya no se acuerda del francés y menos de su pronunciación, y esto dificulta la lectura de una etiqueta. Muchos temen hacer el oso. Y a esto hay que sumarle la dificultad de que los vinos franceses se conocen en función de sus denominaciones de origen, no de sus tipos de uva”.

¿Cómo superar la barrera? Educando de manera sencilla y comedida. Así lo ha hecho el sommelier colombiano César Jiménez, quien ha privilegiado en las cartas de sus restaurantes los nombres de las variedades —o sea, lo que muchos ya conocen— y, a renglón seguido, ha agregado las denominaciones de origen específicas. Sin duda, una acción audaz y poco ortodoxa. “Pero cuando el cliente se encuentra con algo familiar, le resulta más fácil seguir aprendiendo de denominaciones de origen, distritos, estilos y demás particularidades”, dice Jiménez.

Otro caso es el de Eric Lassure, gerente general de La Mesa de los Señores —casa importadora de vinos franceses—, quien decidió ir un paso más lejos, elaborando una guía fonética para que la gente se conecte sin esfuerzo.

Y también se puede recurrir a las asociaciones generales. Por ejemplo, Burdeos equivale a mezclas con Cabernet Sauvignon, Cabernet Franc, Petit Verdot y Merlot; la Borgoña, a Pinot Noir y Chardonnay puros; el Valle del Ródano, a Syrah, Garnacha y Viognier, y el Valle del Loira, a Sauvignon Blanc.

Mi última recomendación para transitar por los caminos del vino francés es hacerse a la idea de querer formular cuanta pregunta sea necesaria al personal especializado en hoteles y restaurantes. Porque les aseguro: una vez los descubran, es imposible dar marcha atrás.

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