El ex alcalde irresponsable

Luis Carvajal Basto
14 de noviembre de 2010 - 09:54 p. m.

La  mala situación de Bogotá no se incubó de la noche a la mañana. Tampoco la actual corrupción.

Luego de una sucesión de alcaldes mediáticos, necesitamos uno que además de saber ganar elecciones, sea responsable, sepa gobernar y lo haga con Honestidad.

Una mirada al pasado reciente revela que casi todos los líderes de los movimientos políticos en Bogotá, los mismos que cuestionan la administración actual, han participado de ella e incluso todavía lo hacen. A pesar de que tratan de “sacar el cuerpo” ahora que entramos en un año preelectoral.

Esa intención se relaciona con la de sus movimientos y partidos e incluso ellos mismos, de conseguir la Alcaldía en 2011.

En eso caen un sector de la U, que ha cogobernado con Samuel y uno de cuyos concejales quiere ser candidato, sectores del Liberalismo oficial, los Conservadores, por supuesto el Polo y sin duda los ahora Verdes, un verdadero “sindicato” de ex alcaldes. Nadie quiere tener que ver con la actual Administración en público pero muchos tienen en ella puestos y/o contratos que deberían también serlo.

La gestión pública es un espacio diferente a la administración en el sector privado. Intereses, turbulencias, periodos y reglas le confieren un ámbito particular. Hay quienes, en su desempeño, se equivocan de buena o de mala fe y también, quienes lo hacen pero menos, no faltando los que padecen de mala memoria.

Entre los ex alcaldes no es difícil establecer diferencias, pero aparte consideraciones filosóficas y lugares comunes, en cuanto todos han querido  terminar pobreza, desempleo, ofrecer mejor educación y vivienda etc., variables que no dependen en lo fundamental de la alcaldía, algunos han tenido y otros no tanto una evaluación justa de su gestión, diferente a la mediática.

Podría suponerse que el paso por la alcaldía confiere algún tipo de maestría en gestión pública; qué quien no estaba preparado para ejercer pero si para ganar elecciones, aprendería.

Sorprenden por ello las declaraciones del ex alcalde Garzón quien al ser sindicado por  actual  contralor de Bogotá de firmar en los dos últimos días de su gobierno “5.112 contratos, siendo los más voluminosos los suscritos en las últimas 48 horas por el IDU” y que “en ese lapso mencionado, esta entidad suscribió 252 contratos. Entre estos se encuentran 5 contratos para la adecuación y construcción de la Fase III de Transmilenio por valor de 1.15 billones de pesos”, respondió (¿) que “el alcalde no firma”.

Pues esa no es una respuesta.  No satisface a quienes pagamos Impuestos. El Ex Alcalde, además de aparecer como un tipo chévere, debe asumir sus responsabilidades políticas y legales, ante la opinión y los estrados judiciales.

Porque si el entonces Director del IDU y las demás entidades firmaron todos esos contratos sin su conocimiento, es un incompetente y además de extemporánea, su actual candidez resultaría inexplicable. Pero si sabía, como es perfectamente lógico en cuanto jamás desautorizó ni demandó a la dirección del IDU, debe demostrar cómo es que no está involucrado, cuando menos, en los orígenes del actual escándalo de contratación.

 

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