Publicidad

El lado B del abrazo alegre por una cifra

Nicolás Rodríguez
09 de agosto de 2013 - 11:00 p. m.

Varias cosas (y por sobre todo personas) no quedaron registradas en la foto satelital que permitió dar la cifra de 48.000 hectáreas cultivadas con coca frente a las 64.000 de 2011.

 Lo primero es lo obvio, pues hasta sale a medias en la radiografía: hay correlación entre menos cultivos de coca y más minería. Esta es una tendencia que viene de tiempo atrás y sobre la que ya varios se han pronunciado. Incluida la dueña de la cámara, como quiera que hasta la ONU señaló la coincidencia geográfica entre una actividad y la otra. Luego el Gobierno haría bien en apagar las velitas del ponqué.

Lo otro es el efecto del envenenamiento que viene con las aspersiones. La bobadita esa. Campesinos que cualquier día de la semana son rociados y que nadie quiere ver en la foto. Si cultivan coca es porque están con la guerrilla (o de plano son narcos). Y si se movilizan es que están infiltrados. Cualquiera que sea su apuesta en las minas, el antídoto es el mismo: criminalización. Junto con el paso de la coca al oro viene entonces otra transición, esta vez en el lenguaje, que va de la minería informal a la minería ilegal (si no es que “criminal”, para ponernos a tono con el vocabulario oficial). Que siga, pues, la fiesta. Y a bailar todos con Código Penal en mano.

Finalmente, al margen quedan las otras fotos que el presidente Santos se ha hecho tomar haciéndose el líder de una política de drogas diferente y en algo humana. Esas no califican ni para anexo, no obstante el ser las más publicitadas cuando de posar de progre y liberal se trata. Entre tanto, ahí está José Mujica llevando de la mano a los uruguayos hacia un futuro de no violencia y menos cárcel con su envidiable proyecto de legalización controlada. Esa sí es una imagen que bien vale un festín.

Temas recomendados:

 

Sin comentarios aún. Suscribete e inicia la conversación
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta política.
Aceptar