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El país de lo prohibido

Cartas de los lectores
24 de septiembre de 2012 - 11:00 p. m.

Prohibido parquear frente a los bancos es la prohibición más ridícula e inoficiosa que se les haya podido ocurrir.

El asaltante atraca un banco a pie. Tendría que ser muy tonto para estacionarse frente a un banco para hacerlo. Esto sólo demuestra el poder del dinero en donde los bancos mandan porque el dinero manda y sólo les interesa que su aviso y fachada se vislumbren desde varias cuadras a la redonda y no haya ningún vehículo que tape, que no deje ver su potencia y prepotencia que ofrece el dinero a quien lo ostenta.

Por el contrario, facilitan el despojo del dinero al cliente cuando sale a rastrear un taxi o su propio vehículo que tuvo que dejarlo varias cuadras retirado por obligación que le impuso el mismo banco; entidad que está propiciando desperdicio de parqueaderos que, por su inmediatez, son de gran utilidad para ellos mismos y sus propios clientes. Hay vías arterias de gran tráfico en donde no hay posibilidades de parqueo, por supuesto; pero donde sí es posible en un parque, como ocurre en esta ciudad; no hay razón para que esto sea prohibido.

Fabio A. Ribero Uribe.Bogotá.

Mitómano

El “iluminado” columnista de El Tiempo sigue cometiendo todo tipo de errores. En este caso se inventó un novelón nunca visto ni escuchado por él; comprometiendo la seriedad de Mauricio Jaramillo, negociador de las Farc y la entereza del alto comisionado de Paz, Sergio Jaramillo. Este prototipo de fantasiosos adjudica a sus contrarios ideológicos las fechorías de otros, que a veces resultan concordantes con sus actuaciones inescrupulosas y mendaces. De ahí la importancia, señor fiscal general de la Nación, la pronta investigación sobre el grupo de testigos falsos. Para nadie es un secreto que el comportamiento del movimiento político Puro Centro, ante el necesitado proceso de paz es de distorsión y de negación absoluta de la veracidad con el ánimo perverso de malograr dicho proceso. Además, hay un ataque permanente a los gestores, principalmente al presidente Juan Manuel Santos. Al periódico para el cual trabaja lo deja herido en su credibilidad, a pesar de que su director, Roberto Pombo, descalificó el artículo del mitómano columnista. La sociedad y los lectores han sido irrespetados. El fantasioso con un poco de vergüenza debería renunciar. No se entiende cómo un diario de tanta tradición y con el episodio de despido de Claudia López, no actué igual ante semejante obra maquiavélica con la cual quedaría plenamente justificado lo dicho por Claudia, en caso de no despido.

Ómar León Muriel Arango

Medellín.

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