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El Pollo y el Gallo

Alberto Carrasquilla
23 de octubre de 2014 - 03:42 a. m.

El concepto de “estancamiento secular” hace referencia a una situación en la cual el crecimiento económico --que ha sido nuestro mejor amigo desde finales del siglo XIX-- simplemente deja de existir.

Aunque al parecer se utilizó por primera vez hace unos setenta y pico de años, basta echarle una miradita a Google Trends para concluir que se trata de un tema caliente desde hace cosa de un año. 

En la presentación inicial que hiciera el notable economista Alvin Hansen por allá en los años treinta del siglo pasado, el concepto se utilizó para defender la tesis de que el nuevo mundo, posterior a la gran depresión de 1929 supone uno, carecía para los Estados Unidos del tipo de fuentes de crecimiento que lo habían tipificado anteriormente. Entre las razones para tan pesimista conclusión se destacan dos: la caída que Hansen creía ver en la tasa de crecimiento poblacional y su profundo escepticismo en torno de la capacidad de sostener el ritmo de innovación tecnológica necesario para hacer atractiva la inversión privada. Sin crecimiento poblacional y sin ganancias en productividad, pues el cielo se viene encima y punto final, diría el pollo en cualquier fábula.

Al cabo que ni lo uno ni lo otro. Poco después de publicada la ponencia de Hansen, hacia mediados de los años cuarenta, la población de Estados Unidos inicia un período de crecimiento bastante sustancial que dura veinte años y que se ha venido a llamar el “baby boom”.  Segundo, como lo muestra, entre otros el gran libro reciente del Profesor A. Field, resulta que desde los mismos años treinta, la economía americana atraviesa una época de grandes ganancias en productividad, en el caso laboral solamente, crece mas o menos el 35% entre 1929 y 1941.

Lo anterior para sugerir ponerle un granito de sal a la lectura de una colección importante de ensayos sobre el tema, recopilación recién salida del horno que no solo está estupenda, sino que es gratis. Mejor combinación, difícil.

El telón de fondo que ambienta esta colección es el hecho indiscutible de que la recuperación que estamos observando respecto de la crisis de 2008 es anémica en un sentido histórico. La pregunta es si este hecho mondo y lirondo significa que el cielo, por fin, le dió la razón al pollo de marras o si, al contrario, se trata de una recuperación mas compleja de lo normal, ciertamente, pero una recuperación al fin y al cabo.

No es fácil resumir una respuesta única del libro, porque hay muchas y muy distintas, pero me quedaron cuatro mensajes negativos y un mensaje positivo. Empiezo por la parte negativa. El primer mensaje negativo es que nadie sabe a ciencia cierta la respuesta a la pregunta, lo cual implica que al proceso de toma de decisiones de política económica le apareció, con esta incertidumbre adicional, un acompañante antipático. El segundo es que, en caso de comprobarse tan nefasta realidad, las combinaciones usuales de política económica serían muy poco efectivas. El tercero, que el fenómeno es mucho más probable en la Europa continental que en en el mundo anglosajón. El cuarto es que en el universo paralelo del estancamiento global, las tasas de interés serían sustancialmente mas bajas que en el mundo alternativo que habitamos, lo cual genera burbujas especulativas en los mercados financieros y con ellas tocará vivir bajo la la sombra larga y permanente de una nueva crisis financiera.

El mensaje positivo, especialmente claro en los tres fascinantes trabajos de Glaeser, Mokyr y Crafts se podría resumir diciendo tres cosas. Una, que el progreso tecnológico no se ha acabado y que sectores como la computación, la ciencia de materiales y la ingeniería genética así lo están y así lo seguirán demostrando. Dos, que el desempleo está ligado a un nostálgico andamiaje institucional, concebido en tiempos pretéritos del mercado laboral, pero excesivamente proteccionista para el hoy en día. Tres, que si el Estado, en lugar de meterle  ruido, incertidumbre y hasta mala leche a la iniciativa privada y al ánimo de lucro –estoy pensando en el impuesto a la riqueza-- optara por ser un socio constructivo, liderando las reformas económicas y sociales que se necesitan, otro gallo cantaría. O, mejor dicho, el pollo se callaría el pico.

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