El predial de la casa pintada

Ya llega otro motivo de malestar: el próximo viernes se vence el plazo para pagar con el descuento del 10% el impuesto predial en Bogotá.

Si algún impuesto en Colombia merece una urgente restructuración, es el predial. Ante la amenaza del embargo y el desahucio, gran parte de los exiguos ingresos de muchos hogares, pensionados y viudas, se destina a pagar ese gravamen cada año, aún a costa de otros bienes vitales como la salud o la alimentación.

La cultura tributaria colombiana es la típica de un país del tercer mundo: solo pagan los que no tienen cómo evadir. Ante esa realidad el Estado -indolente e incapaz de atrapar y castigar a los evasores- devora las rentas en su fuente –como las de los asalariados- o se mete hasta la intimidad del hogar a gravar la vivienda, para muchos el único bien en este mundo.

Es urgente pensar en soluciones más justas, como que el predial no se cause sobre la vivienda mientras sea el único inmueble de una persona natural y que más bien se grave en caso de venta con significativa ganancia, como para compensar lo que no se causó en años anteriores.

La cuestión tributaria interesa muy poco en la política colombiana. En los países civilizados el tema puede ser decisorio en una contienda electoral. Aquí en Colombia nada; “Propuestas Tributarias: Ni Un Caldo”, como apostilló acertadamente Alberto Carrasquilla hace unas semanas en este diario, al referirse a lo insustancial de lo que al respecto han propuesto los candidatos.

Con solo mirar por la ventana o caminar entre huecos y malandros, cada vez se siente más que la Bogotá inhumana es un vampiro tributario que, a cambio de casi nada, se chupa la pequeña y gran riqueza de los contribuyentes. Es una afrenta el dinero que se gasta el Distrito en publicidad en los medios masivos, simplemente para sacarnos en cara las efímeras obras y las tibias ejecuciones que se costearon con el producto de los impuestos que pagamos.

Como En la Estrategia del Caracol, muchas personas quisieran -en vez de pagar el predial- abandonar su vivienda y dejarle pintada la casa a la Secretaría de Hacienda.

@jcgomez_j