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El tesoro del Pacífico

Harry Sasson
03 de agosto de 2014 - 02:00 a. m.

Las empanadas no necesariamente deben tener forma de medialuna alargada y masa de maíz crocante, que es la imagen tradicional que se tiene de este rico bocado.

De hecho, técnicamente la arepa de huevo es una empanada y las marranitas del Pacífico colombiano también lo son. Estas últimas merecen un homenaje: masa de plátano verde —es decir, patacón— rellena de chicharrón carnudo. ¿A quién se le ocurrió semejante maravilla? Me gustan tanto, que recuerdo claramente la primera vez en mi vida que probé una marranita, y desde entonces siempre me volví fanático. La clave es la perfecta costra de plátano verde con un leve sabor a ajo, y para lograrlo se debe cocinar el plátano a temperatura baja para que la textura quede suave y maleable. Las marranitas son una muestra de la riqueza de la tradición culinaria del Pacífico colombiano, cuna también de otra empanada imprescindible: las pequeñitas de pipián, crujientes en descaro y acompañadas siempre con su ají de maní.
hsasson28@hotmail.com / www.harrysasson.com

INGREDIENTES

Plátano verde pelado y cortado
en trozos
Chicharrón carnudo cocido
Agua con sal y ajo
Aceite para freír

PREPARACIÓN

Pique finamente los chicharrones hasta volverlos boronas. Fría los trozos de plátano verde a temperatura media baja, durante unos 20 a 30 minutos. Pise cada trozo sobre un plástico de cocina y unte con agua de ajo y sal. Ponga el plástico con el plátano sobre la palma de la mano, acomode en el centro un poco de chicharrón y cierre hasta conseguir una forma de bolita (ayúdese para esto con el plástico). Vuelva a freír en aceite a temperatura alta. He visto cocineros que hacen un agujero en la marranita para que el aceite penetre y tueste un poco el interior.

 

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