El verbo haber

“Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía había de recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevó a conocer el hielo”. Ese es el comienzo de Cien años de soledad que muchos recuerdan, así como también recuerdan el inicio de El Quijote (“En un lugar de la Mancha…) o el de La Vorágine (“Antes que me hubiera apasionado por mujer alguna…”). Pero el de “Cien años” algunos lo han cuestionado por el uso del verbo haber. Los inolvidables maestros del idioma Argos y Alfredo Iriarte sostuvieron que lo correcto habría sido emplear “habría de recordar” y no “había de recordar” como lo hizo el autor. Fui testigo de un largo diálogo sobre el tema entre Gonzalo González (GOG), también maestro del idioma, y García Márquez en donde éste defendió el empleo del verbo en el párrafo inicial de su obra y aquel compartió su tesis.

Es que el verbo “haber” es de los más difíciles de utilizar en nuestro idioma. Los centroamericanos, y entre nosotros muchos periodistas y gente de bien, lo pluralizan siendo que es incorrecto “(habían 50 guerrilleros”, “habrán flores”). El verbo haber se pluraliza solo cuando actúa como auxiliar, mas no cuando denota existencia, sostenía Iriarte.

Hace ocho días el fiscal general de la Nación, Néstor Humberto Martínez, soltó una declaración en donde dijo: “Plata de Odebrecht habría llegado a la campaña de Santos”. Enseguida llegó el pelotón de fusilamiento y la noticia dio la vuelta al mundo. Tanto sería el impacto que al día siguiente le tocó al fiscal, muy de mañana, hacer un otrosí, convocar a una rueda de prensa para reiterar el alcance de sus palabras: era habría, pero no había. Sin embargo, ya el mal estaba hecho. Tal parece que el hallazgo del habría aún no lo hay. O está de Bula en Bula.

¿El presidente Santos quedó muito obrigado con el fiscal?