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El verdadero valor de la paz

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Luis Carlos Vélez
13 de junio de 2016 - 02:00 a. m.
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Sin verdad no hay paz. Una verdadera reconciliación parte de llegar a un apaciguamiento de las diferencias, primero que todo reconociendo que existen. De lo contrario, cuando nuevas verdades aparecen, se corre el gran riesgo de que todo se derrumbe. Hablar de paz inevitablemente es hablar de un borrón para empezar una cuenta nueva. Por eso exigir completa sinceridad a todos los elementos que componen el acuerdo que el Gobierno busca con la guerrilla es también contribuir a la construcción de esa paz verdadera que en Colombia anhelamos.

Esta semana apareció un estudio que contribuye profundamente a esa construcción de verdad que debe acompañar a la paz. Mucho nos han hablado de los beneficios económicos que trae un eventual acuerdo con las Farc, pero la realidad es que poco fundamento académico existe al respecto y los argumentos que ha presentado el Ejecutivo indudablemente cuentan con un sesgo que, otorgando el beneficio de la duda, calificaremos como de buena fe.

Se trata de un documento realizado por la Universidad de los Andes, bautizado correctamente Paz y PIB. Según la investigación, liderada por Marc Hofstetter, Ph.D. en economía de la Universidad Johns Hopkins, de haber efectos en la actividad económica atribuibles al fin del conflicto, estos difícilmente serían del 2 % del PIB, tal y como lo asegura el DNP, y de ninguna manera permanentes, como lo establece esa entidad gubernamental.

El estudio de Hofstetter subraya que países de la región que dieron fin a sus conflictos, como Guatemala, El Salvador y Nicaragua, no lograron saltos significativos en su producción nacional y mucho menos registraron avances sostenibles de crecimiento en el mediano plazo. De la misma manera, el documento indica que los cálculos del DNP no tienen en cuenta la importancia del sector de la construcción, uno que representa un renglón vital para el crecimiento del país.

Este estudio trae a mi recuerdo una reciente conversación que tuve con Bruce Mac Master, presidente de la Andi. Durante una entrevista en 6 AM de Caracol Radio, le pregunté si tenía conocimiento de alguna empresa que haya manifestado su intención puntual de hacer inversiones una vez se logre un acuerdo de paz. Su respuesta fue general y no específica. Y es porque en la realidad no hay empresa que esté esperando a que se llegue a un acuerdo para hacer una apuesta adicional en el país.

Del lado de la inversión extranjera está claro que el tema de la paz es uno descontado. Es decir, para los ojos de los inversionistas y analistas de mercado, el dividendo de la paz ya está absorbido en los valores que se le dan a nuestra nación. A sus ojos, Colombia es un país que tiene muchos beneficios y también riesgos, pero definitivamente entre los últimos no está que las Farc o el Eln se tomen la nación.

Así las cosas, si la razón para inflar los beneficios que trae la paz es convencer a los colombianos de que una firma en La Habana va a agrandar nuestros bolsillos, entonces estamos frente a una gran mentira. Los beneficios de la paz pasan por otros filtros muy fuertes y necesarios, diferentes al signo pesos. La única verdad en términos económicos que tiene la paz con las Farc es que esa organización tiene mucho billete que aún no sabemos dónde está y que probablemente pasará mucho tiempo para dar con él.

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