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Eldorado, sinfonía inconclusa

Saúl Pineda Hoyos
12 de diciembre de 2011 - 11:00 p. m.

Seguramente muchos de los lectores habrán experimentado en las últimas semanas las enormes congestiones del aeropuerto Eldorado, en medio del crudo invierno que nos azota y de la alta temporada navideña, que ya se vino encima.

Largos minutos de carreteo antes del despegue e interminables esperas para encontrar un lugar de parqueo a la llegada de los vuelos. Estas son las características propias de un aeropuerto que, más allá de los atenuantes del invierno y la alta demanda de estos días, se ha convertido en otro monumento a la improvisación en nuestro país.

En el año 2006, meses antes de la adjudicación del contrato de concesión del aeropuerto, varios informes señalaban que la obra se iba quedar corta, una vez concluida. En aquel entonces, los promotores del proyecto señalaban con optimismo que la capacidad de transporte de pasajeros pasaría de 8 a 16 millones, es decir, que se duplicaría al término de los cinco años de su ampliación. Hoy ya es evidente que estas cifras de operación resultan insuficientes. Al concluir 2011, el número de pasajeros movilizados, por el que ahora parece un aeropuerto en guerra, ya habrá alcanzado los 20 millones de personas.

La “sinfonía inconclusa” en que hoy se ha convertido Eldorado tiene varios acordes que desafinan. El primero de ellos es el largo debate que finalmente condujo a su reconstrucción total, en el cual se perdió tiempo precioso. Y el segundo, sin duda, la indefinición hoy latente en torno a la integración de esta pieza maestra con su entorno urbano y regional. De esta manera se ha dilapidado una oportunidad de oro para que la capital de los colombianos cuente con una obra de categoría mundial, que además irradie soluciones logísticas de calidad, al lado de intervenciones audaces en materia de renovación urbana y preservación ambiental.

Esta falta de previsión ahora la ha cobrado el río Bogotá, con las inundaciones frecuentes de la segunda pista, y se expresa también en la increíble situación que representa el hecho de que la carga y los pasajeros se disputen con frecuencia la avenida 26, en ausencia de una solución inteligente para el ingreso de mercancías por vía terrestre.

Tal vez convendría recordar a las autoridades que tienen competencia en el aeropuerto Eldorado, como bien lo señalan los expertos holandeses, que las batallas del aire con frecuencia se ganan en la tierra.

Director Cepec Universidad del Rosario.

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