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Empresas y transparencia

Cartas de los lectores
19 de julio de 2012 - 11:06 p. m.

El pasado 10 de julio, El Espectador publicó en la sección Negocios un artículo titulado “Multinacionales: las más y las menos transparentes”, sobre el cual quisiera referirme en nombre del Consejo de Empresas Americanas (CE), que congrega no sólo algunas de las entidades mencionadas en la nota, sino más de 122 organizaciones norteamericanas presentes en Colombia.

Nos preocupó que, si bien el contenido del artículo se basa en un estudio publicado recientemente por Transparencia Internacional, el titular y la gráfica utilizados bien pueden generar confusión acerca de la transparencia y buenas prácticas de estas empresas. Un lector desprevenido podría quedar con la impresión de que las empresas “menos transparentes” en el escalafón son hasta corruptas, cuando en general mantienen estándares muy altos por estar listadas en bolsa y que al recibir notas más bajas no implica que no son éticas (como por ejemplo en el caso de Apple).

Como bien lo saben, en Colombia la palabra transparencia tiene una connotación tan definida en el imaginario colectivo que cuando se dice que algo no es transparente, automáticamente se asocia con que la empresa o persona mencionada oculta algo o es corrupta.

Las empresas americanas, tanto en su tierra natal como en otros territorios, están regidas por una serie de normas como lo es la Ley sobre Prácticas Corruptas (FCPA, por sus siglas en inglés), que han logrado generar unos estándares corporativos que han permitido crear una clara diferenciación con empresas de otros países.

Estudios como los de Transparencia son esenciales para seguir mejorando y consolidar buenas prácticas en todas las grandes empresas del mundo.

Ricardo Triana Soto. Director ejecutivo, CEA.

Nadie de derecha

Autodenominarse “Puro Centro Democrático” es una de las más grandes manifestaciones de cinismo que en el mundo han sido; por aquello de centro más que todo. ¿Por qué temen denominarse, por ejemplo, “Pura Derecha Democrática”? ¿Qué tiene de malo reconocer que se está situado en la derecha en el espectro ideológico? Será que eso implica reconocer: egoísmos inconfesables, la tendencia a la conservación de privilegios y al abuso de la autoridad y la fuerza, que se creen superiores a través de coartadas ideológicas, que están convencidos de que sólo los ricos pueden generar riquezas y por lo tanto hay que facilitarles que sean más ricos. Parece que en nuestro país la derecha no existe por física sustracción de materia, nadie reconoce pertenecer a ella, pero sus efectos se sienten.

Armando Riveira Molinares.Barranquilla.

Envíe sus cartas a lector@elespectador.com.

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