Epílogo a una administración

Juan Pablo Calvás
07 de marzo de 2014 - 02:55 p. m.

Cambió las basuras, que sí recogían. No cambió los buses, que eran un desastre. Así lo recordaré, alcalde.

Lamento que todas señales apunten hacia una inminente salida de Gustavo Petro del Palacio Liévano. Lo dije hace unos meses en este mismo espacio: la sanción del Procurador es exagerada, desproporcionada, sin embargo, poco queda por hacer, hay que apegarse al ordenamiento jurídico, nos guste o no. Con Plaza de Bolívar llena o vacía.

Deploro que el alcalde se tenga que ir por algo que en el fondo resultó inocuo para la ciudad. Nunca despegó el gigantesco plan de reciclaje propuesto por la administración. La limpieza en las calles no se hizo más rápida, ni la recolección de las basuras más eficiente. Yo sigo sacando mis bolsas al frente de mi casa tres días a la semana, el camión sigue pasando y la vida continúa como si nada.

Me aflige que otra de las iniciativas que haya alimentado la maledicencia de cierta clase dirigente hacia el alcalde haya sido la de acabar con las corridas de toros en la Plaza la Santamaría. Fue valiente al tomar esa decisión y abrió la puerta a una discusión que aún no culmina.

Me entristece saber que Petro tuvo pantalones para decirle no más a los contratistas de las basuras, para saltarse a los concejales que rechazaron su Plan de Ordenamiento Territorial y para hacerle el quite a Gina Parody, más nunca fue capaz de enfrentar el verdadero monstruo que lleva años y años acabando con la ciudad: los transportadores.

¿Por qué razón el SITP nunca arrancó? ¿Por qué en las horas pico ahora se amontonan los buses azules, naranjas y verdes del Sistema Integrado, junto a los buses, busetas y colectivos del viejo sistema?

No quiero pensar que Petro era bravucón con la llamada élite, pero era cobarde ante las clases populares. No quiero creer que en el caso del transporte público pesó más el poder politiquero de los dueños de las empresas de buses, antes que el interés ciudadano que siempre pregonó el burgomaestre.

¡Qué bello habría sido que lo hubieran destituído por haber acabado con la mafia de los transportadores! Habría sido grandioso que la sanción se la hubieran impuesto por haber dado un verdadero salto hacia adelante en el desarrollo de la ciudad. Tristemente en ese detalle no se le vio lo progresista.

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#PreguntaSuelta: ¿Y ahora quién podrá defendernos?

@colombiascopio

 

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