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Éxito uribista en elecciones

Darío Acevedo Carmona
10 de marzo de 2014 - 04:30 a. m.

Al momento de escribir estas notas, con un 82% de la votación escrutada, aún no conocemos detalles completos sobre la composición del Senado y la Cámara de Representantes.

La tendencia nos muestra en el Senado una lucha cerrada por el primer lugar entre el Centro Democrático que obtendría unos 21 senadores y los partidos de la U, Conservador y Liberal, cada uno con 16 a 19 senadores.

Más atrás, con registros porcentuales muy similares a los de otras elecciones y tendiendo a la baja están los movimientos Cambio Radical, Verdes, Polo Democrático, Mira y Opción Ciudadana. Fuera de juego la revivida Unión Patriótica.

Sobre la composición de la Cámara todo indica que el resultado será algo más favorable a las agrupaciones oficialistas, aunque no por amplio margen sobre los demás partidos.
Se sabe que el voto en blanco se impuso en la elección para el Parlamento Andino y nada se había dicho sobre la consulta interna del Partido Verde para escoger candidato a presidencia de la República. La abstención ronda 60 a 63%, preocupante porque aumentó respecto del 2010.

En apariencia, todo parece estar dentro de lo normal. Sin embargo, la votación por el movimiento liderado por el Centro Democrático para Senado y la Cámara de Representantes, es un hecho destacable y sorprendente. ¿Qué razones nos llevan a afirmar lo anterior? Entre otras, vale la pena mencionar que el uribismo, expresado en un movimiento político de reciente formación, emerge como la primera fuerza política en el Congreso, bien para hacer la oposición o bien para servir de soporte, en unión con conservadores y otros movimientos, a un nuevo gobierno.

En lo que respecta al proceso de paz, el resultado de estas elecciones y, en particular, la votación alcanzada por el Centro Democrático, tendrá consecuencias en el curso de las conversaciones de La Habana. Una amplia alianza se podrá conformar alrededor de la bandera de paz sin impunidad que exigirá replanteamientos profundos, so pena de que, en caso de no ser escuchada o tenida en cuenta, cualquier acuerdo entre gobierno y guerrillas puede ser objetado por más de la tercera parte de los congresistas.

Lo del Centro Democrático es un éxito por donde se lo mire. Tiene el mérito adicional de haberse sobrepuesto a las maniobras de un gobierno que dilapidó inmensos recursos económicos para enmermelar a los parlamentarios y llenar los principales medios masivos de radio, prensa y televisión con una agresiva y costosísima publicidad oficial.

El resultado del Centro Democrático será el cace inicial en el comienzo de la auténtica carrera por la presidencia del país. El presidente Juan Manuel Santos no la tendrá tan fácil como esperaba. Es claro que los recursos oficiales le fueron útiles para mantener la atención de la opinión sobre las encuestas presidenciales en plena campaña para congreso, no obstante, esa ventaja no será suficiente de aquí en adelante, ya que candidatos como Óscar Iván Zuluaga, Martha Lucía Ramírez y de pronto Enrique Peñalosa, tienen arrestos y respaldos para enfrentarlo. Son casi dos meses y medio, trecho largo, en el que cualquiera puede desgastarse o fracasar. La suerte de Santos está hoy, 10 de marzo, más incierta que en días anteriores.

La convergencia de Unidad Nacional salió mal librada en esta contienda ya que perdió varios escaños. En el Senado el partido de la U que tenía 28 pierde 9, el Liberal de 18 pasaría a 16 y el Conservador de 22 a 18. Se debe tener en cuenta que entre los senadores conservadores electos varios son partidarios de las tesis del expresidente Uribe. Tal circunstancia se traducirá en una lucha más abierta por la presidencia, además de debilitar el margen de maniobra del gobierno actual.

La abstención registrada es preocupante. Es un mensaje al nuevo congreso para que se dedique a trabajar por las necesidades más sentidas de todos los colombianos, en materia de paz, educación, seguridad, salud y empleo, para que deje de seguir siendo un apéndice del gobierno de turno a cambio de dádivas y corrupción. La abstención es un voto de castigo a un congreso que fue inferior a las expectativas. Es curioso que la tan mentada renovación de figuras en la corporación sean las que aporta el Centro Democrática en tanto, por fuera de Uribe y otro, ninguno tiene experiencia parlamentaria. En contraste, de 19 de la U 2 son nuevos, de 16 liberales comandados por Horacio Serpa, veterano de mil congresos, solo dos son nuevos, de 18 conservadores solo 3 son nuevos.

CODA: El señor León Valencia, abusando de falsa pose académica, afirma que hay más de 25 senadores relacionados con el paramilitarismo, un fenómeno ya desaparecido. Al parecer es una buena tesis para obtener recursos en el exterior y dejar una sombra de duda sobre la democracia colombiana.


* Darío Acevedo Carmona

 

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