Exuberancia tropical

Hernán González Rodríguez
04 de mayo de 2017 - 09:30 p. m.

Algunos periodistas no cesan de insistir en que si los colombianos no aprovechamos la oportunidad para consolidar la paz con las Farc, la supuestamente lograda gracias al presidente Santos, nuestros hijos, como nosotros, tampoco verán ni un solo día de paz.

Y cabe responderles que, en un país con el narcotráfico legalizado por el propio presidente Santos, con sus jefes encabezando un partido político marxista, armado, financiado por el narcotráfico, eligiendo funcionarios como en Tumaco, con una justicia propia y omnipotente y con instituciones electorales listas para las trampas electrónicas, tampoco verán ellos ni un solo día de paz. 

Sobre la legalización del narcotráfico basta con mencionar las prohibiciones de Santos para establecer las bases aéreas estadounidenses, impedir bombardear los campamentos de las Farc, suspender las fumigaciones aéreas con glifosato, suplantar las plantaciones de coca en forma consensuada y con cultivos poco rentables, imposibilitar la extinción de dominio sobre los bienes adquiridos como producto del narcotráfico, la no extradición…

Con absoluta seguridad, las armas en las 900 caletas de las Farc no se entregarán todas, porque ellos bien saben que las requerirán para su eventual rearme, si fracasare el proceso de paz o si no marchare como ellos exigen. La burocracia izquierdista de la ONU poco o nada podrá hacer “para cumplir los cronogramas sin atenuantes” como les solicita el comisionado iluso, señor Sergio Jaramillo. 

Curiosamente, el gobernador del estado venezolano de Amazonas, el líder indígena Liborio Guarulla, afirmó que en su estado actuaban cerca de 4.000 hombres de las Farc.

El cambio de actitud del presidente Santos frente al fracaso de la revolución chavista se ha interpretado como un paso suyo con el fin de congraciarse con el presidente Donald Trump. La respuesta amenazadora de su otrora gran amigo Maduro para “revelar todos los secretos del acuerdo de La Habana” tiene más efectos negativos entre quienes negociaron los acuerdos que entre la opinión ya adversa de los colombianos frente a ellos. Por ejemplo, en la candidatura presidencial de Humberto de la Calle Lombana. 

En opinión de Mauricio Lizcano, presidente del Senado, la Corte Electoral propuesta por la Misión Electoral Especial para la reforma electoral “arrodillará la democracia… no resolverá los problemas de corrupción electoral… Podrá tal Corte señalar a los candidatos que puedan aspirar a cargos públicos y vetar a los que les desagraden”. Más o menos lo mismo piensa el procurador Fernando Carrillo, quien agrega que con esta reforma no podría la Procuraduría sancionar a los gustavos petro y a las piedades córdoba.

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