Publicidad

Frescura verde

Marcela Lleras
13 de abril de 2010 - 03:42 a. m.

LA COLUMNA DEL 4 DE ABRIL EN SEmana de María Jimena Duzán relata la forma violenta y canalla como se expresaron los participantes de los foros de internet sobre el sargento Pablo Emilio Moncayo, recién liberado, y su padre. “Colombiano indeseable”, “guerrillero”, “lacra social”.

Un hombre que estuvo casi 13 años secuestrado por las Farc, con los vejámenes propios del secuestro, las heridas físicas y morales ¡y lo insultan de esta manera porque no le dio las gracias a Álvaro Uribe de su liberación! ¿Por qué se las iba a dar si el Gobierno puso todas las trabas posibles? Al fin, como era una misión humanitaria y estaba la Iglesia como garante, quedaba mal ante los ojos del mundo no colaborar. Y sin embargo, cuando llegaron monseñor Gómez Serna y Piedad con Moncayo, el Comisionado para la Paz los culpó de una manera destemplada, por unos videos supuestamente de Telesur, que habían salido a los medios en el momento de la entrega de Moncayo en la selva. Monseñor y Piedad explicaron que las Farc siempre graban, pero que en ningún momento vieron cámaras de Telesur. Telesur y otros medios de comunicación confirmaron que a ellos les llegaron las imágenes por correo electrónico.

Todo lo que le han dicho al sargento Moncayo es producto de ocho años del gobierno pendenciero de Uribe. De una obsesión monotemática con las Farc, que deja atrás otros temas fundamentales e ignora otros a propósito y así divide a los colombianos. Es cierto que hoy se puede andar por algunas carreteras colombianas, pero custodiadas por miles de hombres de la Fuerza Pública. En los demás aspectos el país retrocedió. Hay una pobreza y un desempleo inmensos; los paracos se clonan y los políticos se cobijan con ellos; nos quedaron los falsos positivos, la corrupción, la mutilación de los derechos individuales y mucha violencia. Es incuestionable que las Farc tienen gran parte de la culpa del deterioro de Colombia. Hasta la tienen de los ocho años de Uribe en la Presidencia.

Afortunadamente estamos sintiendo vientos frescos que soplan para las elecciones de presidente. Es la unión del Partido Verde y de Compromiso Ciudadano por Colombia, en cabeza de Antanas Mockus. Buen ejemplo le han dado a Colombia Antanas, Peñaloza y Lucho dejando atrás las vanidades, los egos, para pensar en el futuro del país y en la reconciliación entre sus gentes. Con Fajardo y su equipo, conformarán un bloque independiente, sin clientelismo, sin mentiras. Se siente mucha esperanza. Si el país es sabio y quiere modernizarse poniendo énfasis en la educación, en la convivencia ciudadana, en el respeto de los Derechos Humanos, en la recuperación de la legalidad, en el manejo de los recursos públicos como sagrados, tendrá su oportunidad en las próximas elecciones. Pasarán al frente temas que Uribe dejó en hibernación, como el problema de los desplazados y el de los secuestrados. A ver si el país, por fin, puede tener el aire fresco que se merece.

Por vacaciones, esta columna volverá el 25 de mayo. 

Temas recomendados:

 

Sin comentarios aún. Suscribete e inicia la conversación
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta política.
Aceptar