Publicidad

Frontera

J. William Pearl
08 de septiembre de 2015 - 02:00 a. m.

El problema de la frontera con Venezuela no es nuevo, cuando María Luisa Chiappe era embajadora de Álvaro Uribe en el año 2010, Chávez rompió relaciones por la presencia de las Farc en el vecino país.

Ahora Maduro se queja de la presencia de paramilitares. La verdad es que tienen presencia ambo grupos ilegales. Quienes más pierden con el cierre de la frontera son los ciudadanos de bien que viven a ambos lados, ya que sus fuentes de ingreso se rompen. Si hace unos años era la extrema izquierda y ahora es la extrema derecha ¿no habrá un tema que no conocemos y que está afectando las relaciones?

El contrabando es una realidad, afecta sobre todo a los venezolanos que viven en la frontera, pues con los productos subsidiados en el país vecino hacen una muy buena utilidad cuando los venden en Colombia. No es que una persona venda lo suyo, salen camiones repletos de mercancías que -quien sabe cómo las obtienen con el grado de escasez que hay- y cruzan la frontera, es decir a ambos lados existe la corrupción. Este factor afecta sobre todo el modelo de Venezuela y aunque no parezca, a largo plazo al desarrollo Colombiano en la región, pues se deja de producir, por comprar barato en el corto plazo. La gasolina barata es otro factor que afecta el contrabando, pues al ser más económica que en Colombia, las mafias la venden con la anuencia de ambos gobiernos y eso se salió de madre hace mucho tiempo.

Por otra parte se perdió la votación en la OEA , cada país ejerció presión, tanto Colombia como Venezuela hicieron la tarea y ganó Venezuela. Esa es una lucha que tiene que ver con la influencia que tienen los países en la región y parece ser que tenemos poca influencia o no la que pensábamos que teníamos. Venezuela en sus buenos tiempos ayudaba mucho a los países vecinos y aún le queda algo de oxígeno. Colombia irá a otras instancias internacionales diferentes de la OEA para buscar el apoyo que en la región no recibió. Muy probablemente saldrá airosa Colombia y demostrará el maltrato a los conciudadanos, pero el tema de fondo no se resuelve todavía.

De otro lado, Martin Rodil -un periodista- dice que Venezuela aunque ganó, está perdiendo apoyo en la OEA pues no votaron a su favor Jamaica y Barbados, países que antes la apoyaban. Tampoco lo hizo El Salvador, que no se abstuvo, su voto fue contra Venezuela. Todavía no se presenta un cambio notable en la OEA, empieza a verse un desgaste del Chavismo y ya los países no lo ven como hace unos años. Es apenas lógico, pues ya tienen menos recursos y su sistema cada vez se percibe más débil, pues aun cuando conserva algunos ingredientes de una democracia, no actúa como tal y además en el manejo del asunto económico es mediocre.

La reunión de Unasur sería una bofetada más para Colombia, pues no la manejamos y por esa razón el Presidente Santos optó por no asistir, pues es muy poco lo que se podría hacer en esa instancia. Hace muy bien en no ir, pues Colombia tiene esa partida perdida y no vale la pena exponerse a otra derrota. Como lo dijo el Presidente, Colombia debe buscar otras instancias en donde el juego sea más parejo. De otro lado, en su intervención televisada, Santos habló muy bien y eso era lo que esperaban los colombianos.

Independientemente de lo que acontezca, la actitud de Santos es la mejor opción, pues no se ha salido de casillas y busca resolver el problema por la vía diplomática. Lo más probable es que el problema de fondo se venga a conocer muchos años después, pero el daño ya está hecho y afecta tanto las economías en la región fronteriza de ambos países, las relaciones diplomáticas y a los colombianos que están teniendo que salir del país vecino para buscar que hacer de éste lado.

 

 

Sin comentarios aún. Suscribete e inicia la conversación
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta política.
Aceptar