Fusibles

Hernán Peláez Restrepo
04 de diciembre de 2007 - 05:30 p. m.

La definición es clara. Que puede fundirse, como ocurre con el estaño, cuando hay excesiva carga eléctrica y es para muchos equipos un seguro sistema de protección.

En el caso de los directores técnicos, ellos resultan también fusibles, cuando los resultados en seguidilla son malos y únicamente se comentan las derrotas, pierden el puesto. Por eso extraña que una selección ecuatoriana pasa en cuestión de tres días de ser goleada a goleadora, casi con los mismos jugadores. 

En Colombia por estos días, dos casos llaman la atención. Santiago Escobar puso por encima de la calidad goleadora y reconocida de Dayro Moreno, la disciplina para el grupo. En eso procedió correctamente, pues no era la primera vez de las escapadas del joven delantero. De inmediato la junta directiva del Once Caldas, dejó de lado consideraciones disciplinarias, éticas y antepuso sus intereses comerciales, pues según ella, el paso a un club del exterior era inminente y Sachi no podía “tirarse” la transacción.

Pesó el billete sobre la sanidad que todo equipo debe tener en el seno del plantel profesional. Dicho de otra forma, para el Once Caldas de hoy lo que menos vale es el papel del técnico, cualquiera puede serlo, siempre y cuando esté pendiente de proteger el patrimonio por no decir el negocio.

Diego Édison Umaña, quien fue jugador y de los buenos, comprende los sacrificios que muchas veces deben hacer los jugadores en cuanto a recibir pago oportuno. Las quincenas, de hecho, se atrasan porque están en relación directa con el comportamiento del equipo y los aficionados dejan de acompañar viendo los flojos resultados. Pero este no es el caso del actual América, que reaccionó en cuanto a como jugar y están en plenas finales y consiguió el regreso de la hinchada a las graderías. Entonces al mejorar los ingresos, al aparecer un patrocinador de la región, como la Industria Licorera del Valle, nadie entiende el atraso en los pagos o, lo que es peor, discriminación para pagar a unos y a otros no, cuando todos están jugando por la misma causa. Esto ya tuvo antecedentes en el Quindío de este año.

Sé que son muchas las deudas y las obligaciones de los equipos y en eso el América no es la excepción. Sin embargo, lo lógico es tener al plantel que produce en plena tranquilidad económica, pagarle primero a los artistas y después manejar las deudas.

Seguramente a Umaña le “cobre” el América su liderazgo en la reclamación de derechos adquiridos y así como pasó en el Once Caldas, América entiende que el técnico, llámese  como se llame es un fusible, un personaje de paso fugaz.

Claro que no es únicamente en Colombia, donde se observan estos detalles. En todas partes la profesión de técnico es evaluada, considerada por una dirigencia mercantilista y desechada.

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