El país de las maravillas

Hemos creado un monstruo

Mario Morales
19 de julio de 2017 - 02:00 a. m.

No hay que olvidarlo. El 2 de octubre de 2016 fue el día que el rumbo de la patria cambió. Fue la noche oscura que descubrimos que aquí adentro, agazapado y silencioso, pacato y retrechero, habitaba otro país. Fue sorpresa para todos, especialmente para sus instigadores que, aún ebrios de soberbia e ingenuidad, no tuvieron reato en gritar a los cuatro vientos la estrategia, pedida de prestado de otras latitudes y de otras épocas, pero que ese día aciago recibió aquí su patente de corso.

Desde entonces esa estrategia se repite para mantener a fuego lento, como decía Goebbels, el alma colectiva. No hace falta nada más. Ni habilidades especiales ni inteligencias superiores, solo una insana obsesión insomne, abandono cínico de reglas o límites y un espíritu enfermizo que no se mida en consecuencias. Lo demás es carpintería: ubicar los puntos más sensibles de la gente y bombardearlos sin misericordia.

No es casualidad que la respuesta del senador Uribe a la protesta de los periodistas por el vil ataque a Daniel Samper Ospina haya comenzado, como en un memorando, enumerando los puntos sensibles a atacar: niños, mujeres, personas en situación de discapacidad, familia y patria chica. Ahí donde más duele, pero es más eficiente. Todo ello reforzado con una base falsa de autoridad, mediante una evocación megalomaníaca de cuando él era presidente. No lo ha podido superar.

Valiente y necesaria la respuesta del periodismo, pero insuficiente si desde estas tribunas seguimos cebando el monstruo de miles de cabezas que todos ayudamos a crear. Ya vimos que no se trata solo de Uribe y sus áulicos, sino de quienes los imitan desde todas las vertientes ideológicas.

Los únicos antídotos históricos son la razón, la argumentación y la ponderación con el fin de descontaminar el ambiente que es el que propicia la viralidad de la monstruosa estrategia. Siempre se dijo que uno de los principales atributos de la prensa era determinar y jerarquizar la agenda pública. Pues manos a la obra.

@marioemorales y www.mariomorales.info

 

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