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Hora de cambio en parques naturales

Cartas de los lectores
20 de noviembre de 2011 - 11:00 p. m.

Considero muy importante el editorial del 17 de noviembre de El Espectador sobre los "Parques Naturales".

La propuesta hotelera de siete estrellas en el Tayrona es la nueva versión de una vieja aspiración de algunos sectores que desde hace más de 40 años aprovechan el parque para hacer negocio. Ahora, con siete estrellas o sin ellas, el ecoturismo —los Parques Nacionales Naturales (PNN) son lugar privilegiado para ello— hace parte de las prioridades del ministro del Medio Ambiente. Esto se debe dar a conocer al mundo; así se lo expresó a la reina de belleza, la candidata a Miss Conservación Internacional, cuando lo visitó en su despacho.

De acuerdo con esto, la Unidad de Parques enfatiza sus actividades hacia el ecoturismo; la conservación de la naturaleza dejó de ser su preocupación fundamental. Los PNN han quedado rezagados y estancados en una visión contemplativa frente a la evolución natural, el desarrollo y la dinámica del impacto de las actividades humanas en el medio ambiente que en este momento compromete los sistemas de soporte de la vida humana en el planeta.

Es necesario impulsar una verdadera estrategia de conservación a nivel nacional de la cual haga parte una estructura muy fuerte de áreas protegidas; en ella estarían los PNN, una serie de reservas de todo orden y corredores de conexión entre las mismas. Esta estructura, articulada geográficamente con áreas de protección de los Planes de Ordenamiento Territorial (POT), serviría para mitigar los procesos de cambio globales, en particular el más dinámico y sensible: el cambio climático. Los POT no se deben preocupar únicamente por encontrar terrenos para el desarrollo de los planes de vivienda, minería y agroindustria; deben exigir áreas de reserva, dentro y fuera de lo ocupado, lo cual contribuiría en parte a la sostenibilidad de los “emprendimientos”.

En buena hora el presidente Santos captó lo sensibles que son las áreas protegidas para la opinión publica y ordenó que se revisaran los títulos privados en los PNN, paso que ha debido emprender hace muchos años la Unidad de Parques. Ahora él debe entender que la protección de la naturaleza en todo el territorio es definitiva para el desarrollo del país y para el manejo de su agenda internacional y que esto requiere un verdadero sistema, sólido y científicamente concebido, de áreas protegidas. El desarrollo sostenible lo debe liderar el Ministerio del Medio Ambiente y lo primero sería cambiar el nombre y las funciones de la Unidad de Parques para vincularla más a la conservación y disfrute de la naturaleza que al ecoturismo.

El debate debe continuar.

Pablo Leyva. Bogotá.

Envíe sus cartas a lector@elespectador.com.

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