Ideas de género

Oscar Guardiola-Rivera
12 de abril de 2017 - 02:00 a. m.

Dos eventos políticos de gran significado tuvieron lugar la semana pasada en los Estados Unidos y ambos pasaron desapercibidos en los medios. Quizás no sea coincidencia el que ambos hubiesen sido protagonizados por mujeres cuyas opciones políticas se oponen al guerrerismo machista y la parcialidad injusta de sus colegas masculinos.

El primero de ellos fue el discurso leído por la primera ministra de Escocia, Nicola Sturgeon, en las sede de las Naciones Unidas acerca de la igualdad de género, los derechos humanos y el papel de las mujeres en los conflictos. Ya que los dos primeros parecen despertar las pasiones tristes de los espectadores colombianos y sus campeones mediáticos, para quienes la vida es un espectáculo y nuestro mar de dolor un proscenio, cuando menos la relevancia inmediata del último tópico debería haber despertado el interés de nuestros “formadores” de opinión.

Nuestros opinadores y sus campeones políticos prefieren la pasión triste que consiste en fijarse en la paja en el ojo del vecino para no tener que reconocer la viga en el propio. Y al juzgar la difícil situación del vecindario, derivan de ello la ilusión de que las cosas aquí no andan tan mal o son peores del otro lado. Se trata de un goce perverso que al confundir tendencias estructurales como el racismo o el paternalismo con las proclividades de un individuo, reduce la política y la economía al deseo moralizante de quienes se ven a sí mismos en el papel del paternal príncipe cristiano presto a reaccionar frente a “la corrupción” generalizada.

En las Américas, los príncipes cristianos protagonistas de recientes golpes y violencia de estado que hoy pasan por demócratas ven en la presencia de las mujeres en política, en particular si vienen de la izquierda, un síntoma de dicha corrupción.

Por ello fueron significativas las palabras de Sturgeon: “El Foro Económico Mundial ha afirmado que dado el progreso actual tomarían 170 años antes de que el mundo alcance una igualad real de género. Ninguno de nosotros puede esperar tanto. Estoy decidida a que Escocia asuma el liderazgo, y donde sea posible ayude a promover la igualdad de género más allá de nuestras fronteras.” No es palabrería. El gabinete escocés lo componen cinco hombres y cinco mujeres. Se trata de uno de tres gabinetes balanceados en términos de género en el mundo.

Hasta hace muy poco, la región del mundo con mayor número de mujeres en el poder era Latinoamérica. Tras el golpe dado por un cabal de hombres blancos corruptos en el Brasil, del que ni la OEA ni los medios se ocupan, la región ha dado marcha atrás. De allí el significado del segundo evento: la denuncia hecha por Dilma Rousseff del golpe brasileño durante su visita al área universitaria de Boston, y de las consecuencias de las políticas impuestas tras el mismo.

 

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