Incendios forestales: nadie responde

Juan Pablo Calvás
10 de enero de 2013 - 11:00 p. m.

Otra vez, como cada año, las noticias relacionadas con incendios forestales están en la primera plana de los medios de comunicación.

Volvemos a ver las imágenes de los bosques en llamas, los bomberos tratando de luchar contra el fuego junto a árboles y arbustos carbonizados, en fin, lo mismo de cada comienzo de año.

Y como siempre, empezamos a hablar de las hectáreas quemadas, del tiempo que se tardará la vegetación en recuperarse, así como de las invisibles manos criminales que prenden fuego a las zonas verdes del país. Pasarán los días, bajará la temperatura, se apagarán los incendios, quedarán hectáreas y más hectáreas de zonas verdes arrasadas, llegarán nuevas noticias y no nos volveremos a acordar de los incendios forestales sino hasta que llegue enero de 2014.

Lo triste del asunto es que la falta de precisión a la hora de determinar las verdaderas causas de los incendios lleva a que nunca se apliquen medidas efectivas para evitar nuevas tragedias ecológicas y agrícolas. Siempre nos quedamos con las historias del paseo de olla o pirómanos sin rostro, que de manera genérica salen de boca de las autoridades. Sin embargo, si se hiciera hincapié en la realidad tal vez nos encontraríamos con historias menos gaseosas.

Según registros de la Coordinación Nacional de Bomberos, gran parte de los incendios forestales que se producen en el país durante esta temporada están relacionados con la quema de basuras en las zonas rurales. ¿Qué es lo que pasa? Hay muchos sectores de Colombia en donde la recolección de basuras es deficiente (por no decir inexistente) así que los campesinos lo que hacen es amontonar sus desechos y cuando ya hay una cantidad suficiente le prenden fuego. La basura se quema por horas y horas, los campesinos descuidan la hoguera y con la ayuda del viento este se extiende y comienza el incendio forestal.

Aquí es donde viene la pregunta, ¿entonces la culpa del incendio forestal es del campesino?

No. El campesino hace lo que le enseñaron sus padres y que es lo que tradicionalmente se ha hecho en el campo para deshacerse de las basuras. La culpa recae sobre la municipalidad que con precarios planes de recolección de basuras lleva a que los habitantes de las zonas rurales asuman como propio el manejo de sus residuos e inicien los fuegos.

Algo muy similar ocurre con las quemas agrícolas que con cierta periodicidad hacen los trabajadores del campo. Estas deberían estar acompañadas, si no supervisadas, por las secretarías de agricultura de los municipios, así como de las corporaciones autónomas regionales. Lamentablemente, esto nunca ocurre. El campesino simplemente decide, según su propio calendario, en qué momento hacer la quema de su terreno para renovar la zona cultivable, le da vida al fuego y deja que este se extienda a su propio ritmo. Nadie responde, nadie supervisa, nadie le advierte que no sólo está afectando a la tierra, sino que abre las puertas al riesgo de incendios forestales. Nadie dice nada hasta que llega enero de cada año y otra vez empezamos a contar hectáreas perdidas.

---

#PreguntaSuelta: ¿Usted sí cree que van a dejar construir un complejo turístico en pleno Parque Tayrona?

juanpablocalvas@gmail.com

Temas recomendados:

 

Sin comentarios aún. Suscribete e inicia la conversación
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta política.
Aceptar