Publicidad

Infladitos

Alberto Carrasquilla
12 de marzo de 2015 - 04:00 a. m.

La cifra de inflación observada en el mes de Febrero último (4,36%) sobrepasó, por primera vez en varios años, el techo que la Junta Directiva del Banco de la República (JDBR) estableció como su meta para el presente año. La discrepancia consolida una tendencia alcista –moderada pero sistemática-- que se viene observando desde finales de 2013 y que subyace también a las variadas estimaciones que existen --es decir, aislando los efectos de factores como la volatilidad de los alimentos y el capricho de los reguladores.

Esta dinámica reciente es muy interesante en lo conceptual y muy relevante para el debate de política pública en general, creo yo, por tres razones.

En primer lugar, porque ocurre en el contexto de una creciente asimetría entre las perspectivas económicas de los países grandes. Mientras que en Estados Unidos, desde hace rato, la tasa de desempleo se ubica dentro de los límites planteados inicialmente como consistentes con la normalización monetaria (6,5%), en Europa la deflación y el estancamiento económico han llevado a estrenar un nuevo experimento expansionista cuyas consecuencias en la economía real ya iremos viendo. Los otros jugadores grandes, China y Japón, también viven dificultades en cuyo entorno la revaluación del dólar, que lógicamente ocurre en virtud de la asimetría anterior, es una buena noticia contra la cual no es razonable pelear. Eso nos deja a varios de nosotros, los chiquitos, en una barcaza cambiaria con puerto incierto de llegada, pero con ruta clara de devaluación. Sin duda esta caída en el poder de compra de nuestras monedas es factor importante a la hora de explicar la inflación reciente en muchos países, incluidos Chile y Colombia en los casos modestos, Brasil en la parte media y Rusia en las grandes ligas.

En segundo lugar, porque el brinquito inflacionario ocurre en el contexto de una desaceleración bastante clara en el ritmo y las perspectivas de la actividad económica general. Mucho de este frenón, por ahora también modesto en varios países, Colombia incluída, se debe a un ajuste de cara a un tema íntimamente ligado a la respuesta hiperexpansiva que los países del norte y China dieron a la crisis de 2008. Mucho viento a favor sopló, inicialmente al menos, proveniente de mejores términos de intercambio, tasas de interés internacionales mas bajas y mas capitales buscando retornos y estrenando riesgos. Esa época de abundante liquidez artificial se ha ido cerrando y sin duda lo seguirá haciendo a medida que vayan entrando en escena las inexorables restricciones presupuestales a las que se les puede mamar gallo un rato, pero no para siempre. La cuota inicial del ajuste ha sido moderada hasta ahora y por fortuna, se refleja en los términos de intercambio, en la demanda por nuestras exportaciones y ya llegará el ajuste inevitable en las tasas de interés.

En tercer lugar, porque el brinquito inflacionario ha sido una sorpresa. Por ejemplo, en su tradicional encuesta sobre el tema, el Banco de la República reporta que las expectativas promedio para la inflación de este año observada en Diciembre último entre los 37 expertos participantes fue 3,22%, 114 puntos básicos inferior a la vigente en la actualidad, brecha que tiende a subir.

Un proceso inflacionario con origen externo, que ocurre en el contexto de una desaceleración y que en buena parte resulta sorpresivo, genera preguntas e implica desafíos. La JDBR, mas temprano que tarde, tendrá que plantear un diagnóstico y explicar una estrategia. En últimas, la importancia de lo que decida hacer no está tanto en la cadena de eventos económicos y financieros que genere en las empresas, los hogares, el gobierno y el resto del mundo, los cuales en el contexto de las opciones razonables que tiene a su disposición, deben ser muy chiquitos. La importancia radica en la señal que envíe a la ciudadanía en un entorno crecientemente confuso como el actual. Subir pronto su tasa de intervención es, creo yo, la señal que necesitan todos los agentes que en estos momentos están con un ojo puesto en la cifra inflacionaria y con el otro ojo puesto en la letra menuda de contratos y compromisos financieros de mediano plazo.

Temas recomendados:

 

Sin comentarios aún. Suscribete e inicia la conversación
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta política.
Aceptar