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Injustos con Xavi

Iván Mejía Álvarez
16 de enero de 2011 - 06:00 a. m.

Messi no es discutible. Es el número uno del mundo, lo demuestra partido a partido, lo sustentan los registros históricos que marca temporada a temporada, su fútbol y su gran calidad como ser humano.

Es discreto, respetuoso, evade la polémica y no tiene poses de estrellita y mucho menos ratos demenciales como su paisano Maradona. Messi es el mejor y punto.

En cambio, el procedimiento para la entrega del Balón de Oro y los parámetros adoptados en esta oportunidad sí son discutibles y están en el epicentro de la polémica. Ni los jurados, capitanes, técnicos y periodistas que votaron entendieron de qué se trataba el tema, ni la Fifa les aclaró qué se estaba votando: el mejor jugador del mundo o el jugador con la mejor temporada en un año de Mundial.

Cuando el trofeo lo entregaba unilateralmente France Football con sus corresponsales, el premio era para el mejor jugador de la temporada, el que más éxitos tuviera y el más influyente. Generalmente en años mundialistas y en años de Eurocopa, el Balón de Oro se entregaba a un jugador del equipo campeón. Por ejemplo, el italiano Fabio Cannavaro lo recibió en 2006 como un premio a la selección italiana campeona del mundo.

Pero después llegó la Fifa, metió la mano, se apoderó del trofeo por una buena cantidad de dólares y entonces se prostituyó la ideología del Balón de Oro y el tener más de 300 personas votando llevó a que no se entendiera la filosofía. Hubo algunos, como Mario Yepes, tan desconcertado y perdido en su voto que le adjudicó el primer lugar a Xabi Alonso, el volante de marca del Real Madrid. Sería un error de Yepes o el defensor cree realmente que Alonso está por encima de Messi, Xavi Hernández, Iniesta o Sjneider.

Un auténtico galimatías sobre el procedimiento y lo que estaba en juego. El ganador es el mejor jugador del mundo, pero no estuvo en la nómina del campeón mundial, ni su fútbol se vio en todo su apogeo en el Mundial, el torneo ecuménico, lo máximo que organiza la Fifa. Otro, el Balón de Plata, Andrés Iniesta, pasó en blanco el primer semestre por una lesión y en el Mundial no fue el mejor jugador de la Roja. Su grandísimo mérito es haber marcado el gol que le dio el título a España. Y en el podio no estuvo un tricampeón como Sjneider, campeón de Champions, Liga y Copa de Italia y subcampeón mundial. En cambio, al arquitecto del fútbol de España y al generador del fútbol del Barça, al tipo que juega bien  de diez, con selección y equipo, le dejaron un tercer lugar como premio de consolación. Xavi merecía muchísimo más.

Por eso, ya la Uefa anunció que hará un Balón de Oro a la europea, como era el de France Football, y que le deja a Blatter su trofeo. Eso sí, dice Platini, en “su” premio existirán reglas claras y que todo el mundo sepa qué es lo que esta votando. Como tiene que ser...

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