Dirigido, cocinado y atendido por su chef y dueño, el joven belga Klaas de Meulder, junto con su esposa Viviana.
No tiene aviso comercial pero tiene una identidad muy clara y propia, con un menú de pocas entradas y pocos platos principales que cambian o rotan semanalmente, compuesto por recetas de comida belga, mediterránea o del norte de África. Utiliza lechugas y hierbas de clima frío y ventoso, característica del norte de Europa, ¡y del altiplano cundiboyacense! Se puede pedir botella de vino y pagar solamente lo consumido, una novedad que merece un fuerte aplauso. Sirve además en platos hondos que conservan la temperatura, y todas las salsas y panes son preparados en su cocina.
La ambientación es totalmente blanca, incluida la bella casa, las mesas, los asientos y también su vajilla, y ello permite que los comensales aprecien en mayor grado el contraste de los colores vivos y aromas particulares de los platos allí ofrecidos.
El pan del día nos llegó con orégano y ajo confitado. La crema de arvejas y color verde intenso es un plato de concurso, bonito y delicioso, con la dignidad suficiente para convertirse en un ícono de la ecogastronomía, y que nos brinda el placer de raspar su fondo con un pedazo del delicioso pan casero. Del vitelo tonato, un carpaccio de ternera con salsa de anchoa y alcaparras, emana un aroma de bosque de clima frío, que por su fresca temperatura y excelente maridaje con la salsa se convierte en una de las mejores entradas de su tipo en la ciudad. Con la lasagna de salmón y verduras, brócoli y puerros y cubierta tostada, el chef logra una armoniosa composición artística ante el difícil reto de ensamblar una porción cuadrada en un plato redondo, y nos ofrece un plato saludable con buena combinación de sabores y buena textura de sus verduras frescas. El pato a la naranja, con tiritas de cáscara de esta fruta, acompañado de papa con crema de leche, nuez moscada y almendras tostadas, un plato de colores ocres en el punto exacto de cocción y una salsa cítrica perfecta para matizar esta carne.
Excelente lugar para explorar la culinaria nórdica y mediterránea. Un restaurante de cocina estupenda, fresca y sana, con precios razonables, transparente con el cliente y que entrega deleite en sus platos.
EXCELENTE relación calidad-lugar-atención-precio.
* Crítico de restaurantes