La academia en tiempos de paz y post-verdad

Columnista invitado EE
20 de febrero de 2017 - 11:54 a. m.

Por Francisco Panizza y Gonzalo Vargas*

Los procesos de paz que adelante la administración Santos tienen el potencial de traer beneficios significativos a los colombianos, pero su implementación enfrenta retos enormes que no pueden ni deben subestimarse. El primero es reconciliar a la nación y producir resultados tangibles que calmen las ansiedades y respondan con hechos a las legítimas objeciones de quienes votaron contra el acuerdo de paz con las Farc (y de quienes prefirieron no votar) en octubre de 2016.

Estas preocupaciones varían según la inclinación política y la clase social de los votantes, pero también reflejan las diferencias en el impacto de la violencia, que casi siempre es más intenso en las zonas rurales que en las grandes ciudades. Para evitar que la campaña electoral de 2018 polarice aún más a una sociedad ya dividida, es urgente que los ciudadanos encuentren fuentes confiables de información y análisis sobre la implementación del proceso. Los académicos no somos dueños de la verdad pero sí podemos contribuir a que haya un debate informado sobre el proceso de paz dentro y fuera de Colombia. El Centro para América Latina y el Caribe de la London School of Economics y la Universidad de los Andes han construido una agenda común para producir investigaciones, análisis e información que resulten útiles en este complejo proceso.

El segundo reto, más profundo, será lograr que el proceso de paz trascienda el silencio de los fusiles y transforme las condiciones que hicieron de la violencia un fenómeno tan común en la historia reciente de Colombia. Para que la paz se consolide será necesario que el orden social, político y económico de las comunidades más afectadas por la violencia se transforme según principios de democracia, inclusión económica y justicia social.

Precisamente, la agenda común ya mencionada identifica una serie de retos cruciales para alcanzar una paz duradera, entre ellos: el papel de actores internacionales como potenciales facilitadores u obstáculos del proceso de paz; los retos de los mecanismos de justicia transicional; los efectos del proceso en la seguridad en las ciudades; la construcción de las capacidades estatales necesarias para reducir las desigualdades y promover un crecimiento incluyente; el impacto del proceso en las violencias de género y la incorporación de la perspectiva de género en la construcción de paz; el papel de las empresas en la economía política de la transición a la paz; la contribución de la reforma electoral a que la democracia sea más transparente e incluyente; y la cuestión de la dimensión territorial de la paz.

Este año desarrollaremos un trabajo conjunto cimentado en la investigación multidisciplinaria de expertos de diferentes facultades y departamentos de ambas instituciones y de otras universidades y organizaciones sociales de las regiones de Colombia. Aunque la paz es un fin deseable, examinaremos críticamente el avance del proceso, resaltando tanto sus logros como sus fallas de manera independiente y pluralista, escuchando las voces de diferentes sectores, dentro y fuera de Colombia. Alcanzar la paz requerirá el compromiso de todos los sectores de la sociedad. La academia tiene todo el potencial para contribuir al proceso.

*  Miembros del Centro Interdisciplinario de la Universidad de los Andes (Cider)

 

Sin comentarios aún. Suscribete e inicia la conversación
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta política.
Aceptar