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La banca de fomento

Indalecio Dangond B.
19 de septiembre de 2015 - 04:17 a. m.

Según un informe de Asobancaria, en el 2014, los desembolsos de créditos al sector comercial, industrial, agrícola, construcción, transporte y servicios a las empresas, entre otros, fue de 176 billones de pesos.

Claramente, parte de estos recursos de créditos, fueron desembolsados a través de líneas de redescuento que ofrecen los bancos de segundo piso.

En las actuales circunstancias de tasa de cambio, mayor demanda de alimentos y precios de mercados, estas líneas de fomento juegan un papel muy importante en el fomento de la producción agroindustrial y promoción de las agro exportaciones.

Un ejemplo de mostrar, es el caso del nuevo modelo de banca de fomento empresarial que Bancoldex ha implementado para enfocar sus recursos de apalancamiento financiero en empresas con alto potencial de exportación, mipymes con expectativas de crecimiento en el mercado nacional y empresas que quieran ampliar su posición propia en otros países. Es una especie de “financiación a la carta” en el sentido de que ahora los empresarios conjuntamente con los técnicos de Bancoldex, se reúnen para encontrar la mejor forma de financiación que se adapte a las necesidades de expectativas de crecimiento de sus empresas, ya sea a través del fondo de capital privado o de un crédito redescontado con bajas tasas de interés y respaldo del Fondo Nacional de Garantías.

En Finagro, también se están diversificando las líneas de créditos a los empresarios e industriales del agro para que tengan mayor facilidad de financiación. Además de las líneas estandarizadas de redescuentos para capital de trabajo e inversión, los empresarios pueden acceder a créditos vía leasing o factoring agropecuario, líneas especiales con tasa subsidiada y respaldo del 80% de las garantías. El programa de microcrédito rural de Finagro, es otra iniciativa interesante que ha generado un impulso importante a las microfinanzas de municipios y veredas apartadas del país.

El más novedoso de estos esquemas de apalancamiento financiero, son los contratos Foward con respaldo del 100% a través del Fondo Agropecuario de Garantías -FAG-, que la Bolsa Mercantil de Colombia, esta ejecutando para financiar la siembra de 16.000 hectáreas de algodón en la Región Caribe. Con este esquema, el algodonero obtiene un anticipo de hasta el 40% del valor de la cosecha para sembrar su cultivo a tiempo sin necesidad de acudir a un crédito bancario con hipoteca. Ya se está estudiando la posibilidad de implantarlo en los cultivos de cereales, cacao y palma de aceite. Con el subsidio a las coberturas de precios y cambiarias -operados por la Bolsa y los Bancos- los ingresos de estos productores quedan blindados.

Sin duda alguna, el esquema de crédito de fomento más exitoso y con mayor demanda en los sectores de la producción, transformación, comercialización y proveedores de insumos agrícolas del país, es de la banca privada con recursos de sustitución de inversión forzosa. De lejos, es la tasa de interés más baja del mercado y el crédito más ágil del país. El 75.5% de los desembolsos al sector agropecuario, se hacen a través de esta cartera.

Una vez escuché a alguien decir que “Las empresas funcionan como el cuerpo humano. Los flujos de dinero generados por sus actividades forman un su sistema sanguíneo, donde la financiación como el corazón, deben actuar perfectamente, si se quiere un correcto funcionamiento de la misma”. Nada mas cierto.

El autor es consultor en financiamiento agroindustrial.

 

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