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La ciudad y los huecos eternos

Ciudades invisibles
05 de febrero de 2012 - 09:00 p. m.

Hace unos días, regresando de vacaciones, encontré mi carro pinchado. ¿Qué hacer? Nada, resignación, cambiar rápidamente la llanta y dirigirme inmediatamente al montallantas.

Valor del arreglo: $49.000. Tocó vulcanizarla, doble parche, cada uno a $19.000 más mano de obra. Precios del norte de la ciudad. Alguna vez un taxista me decía que por $10.000 le hacían la vuelta. Da igual, a todos nos drenan dinero.

Lo más lamentable es la pérdida de nuestro valioso tiempo con amigos, familia, esparcimiento y productivo. También se va también nuestra capacidad de aguante y tolerancia ante el caos de la ciudad.

Uso muy ocasionalmente el auto, pero cuando lo hago, y procurando cuidado, igual me es imposible evadir los $$*&* huecos. No habían pasado dos días y ¡tenga!, caigo en uno en plena Séptima con calle 67, costado Norte-Sur. Gigantesco, de los estalla llanta y dobla rines. Cráter. Son trampas que no avisan. ¡No hay derecho! Ni la arteria principal de la ciudad se salva de este padecimiento.

Y entonces vuelven el malestar, la rabia, la impotencia y la resignación. A visitar de vuelta a los amigos del montallantas. Más tiempo y dinero extraviados. Más bronca con esta ciudad y la ineficaz y mediocre gestión de su gobierno.

Pasadas tres semanas el hueco sigue ahí. Por supuesto, más grande y amenazador. ¿Por qué no se adopta un sistema de contratación para el mantenimiento de la malla vial que en efecto garantice su mantenimiento rutinario? Por ejemplo, que se les pague a los contratistas contra la permanente buena condición de las vías, con pagos periódicos basados en resultados; es decir, basado en el buen estado de las vías. Se deja de pagar por intervención y volumen, y comenzamos a pagar por servicio y calidad

¿De qué nos sirve reparar las vías si al poco tiempo reaparecen los huecos? ¿Por qué vías que están en buen estado son reparchadas sistemáticamente, mientras vías con huecos de tamaño considerable permanecen sin atención? La cuestión es de incentivos.

Esquemas de contratación que recogen estos principios (contratación por niveles de servicio) han sido utilizados con éxito en Canadá, Nueva Zelanda, Estados Unidos, Argentina, Perú, Chile, y otros.

Germán Sarmiento. Bloguero, fundador de www.miblogota.com.

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