La coherencia de las estrategias

Sin duda la falta de estrategias o planes de largo plazo tanto en lo personal como en las empresas son quizá uno de los principales determinantes del fracaso empresarial y/o individual. Qué tanto se planea o se define como estrategia empresarial, es quizá la piedra angular en el logro de objetivos. Pero, no sólo de la definición de la estrategia y de los planes de vida se logra el éxito. Ser congruentes con los mensajes y coherentes con la estrategia y los planes de vida, es quizá la sutileza de la que no todos prestan atención.

Es cierto, compañía que se respete, no sólo planea sino que ejecuta su estrategia de largo plazo. Ésta no sólo está definida sino que se acompaña, en la mayoría de los buenos casos, con la definición de la misión, la visión y de los valores empresariales. Así mismo y para lograr perdurabilidad en el tiempo no sólo ejecuta una estrategia sino que cada vez se va reinventando. Es decir que cuanto más se reinvente (emprenda internamente o innove) más posibilidades tendrá de seguir siendo exitosa y perdurable en el tiempo.

De la misma manera, los grandes líderes no sólo planean y ejecutan sus planes de vida. Normalmente invierten tiempo para reinventarse. Es que no sólo se trata de la definiciones de sus planes de vida sino también de adaptarse y ser relevantes durante el tiempo. Para ello es necesario que se preparen de manera constante y logren “pulir” sus habilidades tanto técnicas (hard skills) como emocionales (soft skills).

Así las cosas y teniendo claro que cualquier empresa exitosa no sólo planea, ejecuta y se reinventa, ¿por qué no siempre son tan exitosas en algunos objetivos? De la misma manera si algunos profesionales son tan exitosos planeando y definiendo sus objetivos ¿por qué alguno de esos planes no se cumple a satisfacción? Son estas las preguntas que cualquier compañía y mejor aún, quienes las dirigen quisieran resolver. De la misma manera cualquier persona que se haya trazado un objetivo y no lo cumple quisiera tener claro qué hubiera podido hacer mejor para lograrlo.

Estamos al frente entonces de la toma de decisiones y éstas reposan en las personas. Así las cosas, lo que hay que revisar es que estemos hablando el mismo lenguaje al interior de las empresas y mejor aún con sus interesados claves (Stakeholders). De nada vale la definición de la estrategia, valores, misión, visión y la iteración de la estrategia en el tiempo, si finalmente no se es congruente o coherente con los mensajes que se envían a sus clientes. Es por eso que la sutileza de los mensajes de las compañías es quizá tan o más importante la definición de la estrategia. No se puede defender una estrategia de sostenibilidad, por ejemplo, cuando la compañía no tiene claro cuáles son Stakeholders.

En el papel pareciera sencillo, pero ¿qué tan fácilmente se puede desenfocar una estrategia o un plan de vida? De nada sirve que una compañía que produce suplementos alimenticios para fisicoculturistas, por ejemplo, tenga como vocero a una persona en baja forma física. Sólo con los mensajes que se envían a los consumidores podríamos estar dándonos cuenta sobre qué tan enfocadas están las empresas. La coherencia de las estrategias y de la forma de actuar es quizá uno de los propulsores del el éxito.

Es por esto que no sólo es importante definir, en el ámbito empresarial, la estrategia de las compañías sino que también éstas se encarguen de ser coherentes con la misma. De la misma manera, en el ámbito personal, la congruencia de lo que se dice y se hace, determinan la credibilidad de cada individuo. Por ejemplo, si hay individuos que critican las religiones pero a la vez sacan provecho de las mismas (para tomar vacaciones o para lucrarse de la temporada) entonces el mensaje que están enviando no es el más adecuado. Recordemos que el éxito de cualquier empresa o persona lo determinan sus clientes o seguidores (no de redes sociales).