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La Contralora no ve televisión

Ernesto Macías Tovar
03 de septiembre de 2013 - 10:00 p. m.

La condecoración que impuso la contralora Morelli, al presidente Santos, con la 'Orden al Mérito a la Transparencia en el Control Fiscal', nos da una idea clara sobre la influencia “jerárquica” del Jefe de Estado en quien lo controla.

Consideré exagerado el comentario de un senador de la “unidad nacional” cuando dijo que la Contralora parecía un miembro más del gabinete del presidente Santos. Y me resistí a la versión de alguien cercano al mandatario, quien aseveró que la doctora Morelli tenía una deuda de gratitud muy grande con Santos porque él, a través de emisarios, habría logrado el voto de congresistas para elegirla. Y no era creíble porque la Contralora aparenta ser una persona muy estricta. Sin embargo, “por sus frutos los conoceréis”.

En 2011, a través de las redes sociales, que no se manipulan con dádivas, se denunció la burocratización del Estado con la creación de 11.800 cargos oficiales, pero aún no se conoce que se haya abierto investigación alguna en la Contraloría. Así mismo, se habló de los altísimos gastos en la remodelación de la casa privada del Presidente, en la Casa de Nariño, pero tampoco se sabe de glosa alguna del organismo encargado del control fiscal. Hoy se habla, hasta en medios de comunicación, de la repartija del presupuesto -“mermelada”- a los congresistas amigos del Gobierno, mediante contratos para vías terciarias y acueductos, entre otros, a través de prácticas no propiamente enmarcadas en la transparencia. Son apenas unos ejemplos que por lo menos ameritan una explicación de la Contraloría, antes que condecorar al Presidente.

Y la publicidad oficial es un caso excepcional. El 16 de julio de 2013, en este espacio escribí una columna titulada “”Mermelada” para los Medios”, en la cual denuncié que los gastos del Gobierno en publicidad ascendían a $1,6 billones, y que un conocido telenoticiero abyecto al Presidente había recibido un contrato por más de $197 mil millones, y que el Gobierno tercerizaba la contratación de publicidad a través de universidades, ONGs, o de contratistas amigos. No dije, hoy sí, que la propia Contraloría me entregó documentos con información parcial que evidencian el exagerado despilfarro del Gobierno en publicidad. 

Pues el lunes anterior, la prensa gobiernista publicó una información de la Contraloría sobre gastos de publicidad estatal durante 2012, por $230 mil millones; y lo presentan como alarma de la Entidad. Esto, sin duda, contrasta con la realidad. La borrasca de publicidad del Gobierno en los canales privados de televisión es alarmante, agobiante y desesperante; cualquier desprevenido ciudadano advierte las fastidiosas tandas de cuñas oficiales. Y, según fuentes de los canales, cada minuto cuesta $50 millones, luego es risible aquella cifra presentada por la Contraloría a los medios. 

Es probable que la Contralora no vea televisión; pero, es inaceptable que la Contraloría no investigue el detrimento patrimonial y la corrupción que hay detrás de la borrasca de publicidad oficial.

ADENDA Recusaremos y denunciaremos a congresistas que voten afirmativamente el “referendo” que el Gobierno propone para el día de elecciones. Estarían legislando en causa propia. 

@emaciastovar

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