La lealtad a la Patria

Ana Milena Muñoz de Gaviria
20 de abril de 2017 - 02:00 a. m.

Se conoció por las redes sociales, a través de un tuit que tuvo que hacer uno de los participantes para difundir la reunión. Ni siquiera el tuitero mayor informó del encuentro. Probablemente fue así porque para él era una reunión sin trascendencia, o simplemente fue un encuentro rápido y corto. No hubo fotos, los medios internacionales no lo registraron.

En Colombia se propagó la noticia porque empezaron a aparecer fotos modificadas por el ingenio colombiano: Trump con Tola y Maruja con las caras de los participantes; apareció una antigua foto de un expresidente con Donald, el pato, en Florida, por supuesto en Disney, en Orlando, y por último, una de los colombianos como meseros sirviendo una comida para Trump, y otras más en las que los llamaban apátridas y vendepaís. Probablemente, convertir la reunión en chistes virales como lo mostraban las redes fue organizado por la misma oposición, pues no querían aparecer como apátridas.

Y es que la tradición colombiana, a diferencia de los países vecinos de la región, es la de cercanía con Estados Unidos, y más que nadie puede saberlo y ahora vivirlo el presidente Santos, que perteneció a los gobiernos de aquellos expresidentes. Y es que Trump, por más que le hablen mal del presidente, no va a pelear con un gobierno aliado en Latinoamérica y un gobierno democrático. Y es que el pecado de Santos para sus exjefes ha sido su independencia y, por otra parte, dicen que por haber recibido el Premio Nobel que estos dos expresidentes aspiraron a tener.

Estamos en un mundo polarizado, pero hablar del castrochavismo de Santos es un chiste; y que apoya al presidente Maduro porque hizo las paces con Venezuela cuando estábamos ad portas de una guerra, es un absurdo. Sabemos que el país está dividido, que existe una oposición que ha estado en desacuerdo con el proceso de paz y la forma como Santos lo ha llevado a cabo. Igualmente, que hay desacuerdos con la Justicia Especial para juzgar esos crímenes y con que los exguerrilleros se reintegren a la vida nacional, hagan política y vayan al Congreso. La política nacional hay que hacerla en Colombia y la política internacional se debe hacer a través de las instancias legales en un país democrático. Pero lo que sí parece es que la lealtad a la Patria está muy lejos para la oposición.

Habrá que esperar qué pasará con las relaciones entre Estados Unidos y Colombia y concretamente entre los presidentes Trump y Santos, que se reunirán oficialmente en una fecha cercana. Es claro que con la situación en la región, Trump mantendría buenas relaciones con Santos y Colombia. Y hasta donde sabemos, Trump le ha manifestado al presidente Santos que apoyará el proceso de paz y este ya hizo su tarea de aliado al salir rápidamente a apoyar a Estados Unidos en su ataque a Siria. Hay que dudar no obstante en que la reunión fue distinta y que fueron leales a nuestro país.

 

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