La resistencia

Catalina Ruiz-Navarro
21 de junio de 2018 - 04:30 a. m.

El domingo, luego de que se supiera el resultado de la segunda vuelta presidencial, los hashtags #LaResistencia y #Resistencia, empezaron a poblar las redes sociales, en voz de los casi nueve millones de ciudadanos que votaron en contra del del regreso del uribismo al poder. Bajo estos hashtags se sumaron todo tipo de causas, diversas pero compatibles. Así fue como feministas, activistas, artistas, periodistas, escritores y escritoras, comunidades afro, indígenas, campesinas y ROM, ambientalistas, animalistas, personas con discapacidad, comunidad LGBT, líderes comunitarios y defensores de derechos humanos se declararon aliados para trabajar por defender la Constitución de 1991 y los acuerdos de paz. Este es un movimiento ciudadano espontáneo y descentralizado, de personas que entienden que un gobierno de ultraderecha, con presidente y mayorías en el Congreso, es una amenaza para la garantía de los derechos de las personas más vulnerables.

Los embates ya comenzaron. Duque no se ha posesionado como presidente y ya en el Congreso están dilatando el debate sobre la ley de procedimiento de la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP), la pieza clave para que sea posible la implementación de los acuerdos y la esperanza que tienen las víctimas de saber la verdad. Tocar la JEP es contravenir los acuerdos de paz y puede tener consecuencias catastróficas como deshacer la desmovilización de las Farc. Desde ya se nota que el proyecto uribista en contra del fin del conflicto no era una amenaza de dientes para afuera.

En febrero 24 de 2017, luego de que Trump llegara a la Presidencia de la los Estados Unidos, Lauren Duca publicó un editorial en la revista Teen Vogue hablando de la importancia de la resistencia. El espacio de la revista tomó a muchos por sorpresa, específicamente a aquellos quienes creían que donde se habla de moda y de adolescentes no hay espacio para la política. Pero quizás una de las mejores pruebas de lo involucrados que están los jóvenes de hoy con la política es que Teen Vogue se haya convertido desde hace unos años en un bastión de periodismo independiente y útil, al servicio de los derechos de las jóvenes. “Pensamos en la política como si fueran los Juegos Olímpicos, un gran evento que sucede cada cuatro años y ya, pero esta postura es inaceptable”, decía Duca. “Una lectura de el-vaso-medio-lleno nos dirá que la llegada de Trump al poder despertó a muchas personas que estaban en un estado de hibernación política”. “Cada día nos trae una nueva cosecha de horrores, y este diluvio es parte de la estrategia. [...] Se trata de llevar al país a una sobrecarga que forzosamente termine en la apatía”. “Por esto tenemos que estar vigilantes, tomar acción, recurrir al autocuidado, hacer un compromiso de mantenernos productivos. Si no lo hacemos, la energía de la rabia, sin un propósito definido, se tornará en desesperación”. Cada una de las palabras de Duca resuenan en el actual contexto político colombiano.

Por eso es importante que pensemos esta resistencia ciudadana como un proyecto de largo alcance. El problema no es solo que ahora tengamos un gobierno de ultraderecha con pocas posibilidades de control, tenemos que empezar a comprender cómo nuestras desigualdades, mentiras, heridas abiertas, los llevaron al poder en primer lugar. Que sea también un momento para la sátira, para el arte, la imaginación, como lo sugiere Gloria Esquivel en su editorial de 070, que nuestra resistencia recuerde que sin reír y bailar no se puede hacer una revolución.

El domingo perdimos en las urnas, pero supimos que somos muchos, y que podemos trabajar juntos sin responder a un dogma uniforme, que tenemos diferencias, pero estamos del mismo lado. Ojalá que en el futuro logremos recordar que, a pesar de nuestras diferencias, estamos del mismo lado, y que no olvidemos que este gran movimiento lo logramos con liderazgos descentralizados y la conciencia de que cada acción política construye ciudadanía. También es importante mantener la organización orgánica y rizomática que en las últimas semanas ha logrado la ciudadanía. Que estas cadenas no sean solo de comunicación, sino también de afectos, pues quienes estamos resistiendo somos personas, con vidas, con sueños y solo una aceptación de nuestra humanidad nos dará la resiliencia necesaria para aguantar cuatro años, o más.

@Catalinapordios

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