La vecchia signora

La señora vieja ha sido siempre la novia más querida y a la vez más odiada de Italia. El equipo bianconero, como todos los que han ganado tantas copas, divide.

Después de que en 2006 tocara su punto más bajo, les quitaron dos títulos y fueron descendidos a la segunda división tras descubrirse que sus directivos influían en la designación de árbitros con intereses impuros en medio del escándalo conocido como el “calciopoli”, Andrea Agnelli, cuarta generación de la familia que siempre ha manejado al equipo, tomó las riendas administrativas de un club que en ese momento parecía destinado a desaparecer. Hoy está en semifinales de la Champions y su proyecto es aún más consistente que el que en 2015 ya lo llevó de vuelta a la final del máximo certamen de clubes de Europa.

Agnelli aprovechó sus tiempos de estudiante en Oxford para conocer hasta el más mínimo detalle del modelo de negocio del Arsenal inglés. Por eso su proyecto de resurrección para la Juventus incluía un plan deportivo y otro de recuperación económica que lo soportara.

Para eso se concretó la construcción del estadio propio, es el único equipo italiano que lo tiene. Alrededor del mismo, al igual que del Emirates Stadium del Arsenal, hay un sinfín de posibilidades de negocio. Proyectos inmobiliarios cerca, locales comerciales, bebidas y comidas para los espectáculos, museo y cuanta oportunidad comercial imaginable exista, han hecho que el aporte por concepto de logros extradeportivos haya contribuido a bajar la deuda, según cifras entregadas por el club, en un treinta por ciento.

Agnelli, como marca la tendencia en los lideres contemporáneos, ha tenido como política limpiar el nombre de la Juventus que sus antepasados ensuciaron y lo ha logrado con creces. Sus rivales en Italia ven cómo la Juventus se aleja cada vez más mientras ellos no encuentran el camino.

El proyecto deportivo ha estado a cargo de Beppe Marotta, quien llegó al club en 2010 por su capacidad de gestionar contrataciones importantes con presupuestos limitados, probada con éxito en equipos como la Sampdoria, a donde trajo de vuelta a Italia a Antonio Casano tras su paso por el Real Madrid. Rápidamente logró contratar a Barzagli, Pirlo, Arturo Vidal y Paul Pogba, cuando los dos últimos eran apenas promesas. Con ellos fue suficiente para recobrar el reinado en Italia. Con el paso del tiempo las arcas se han vuelto a fortalecer y la llegada de Higuaín, Dybala y Khedira, todos de un nivel económico más alto, se hizo posible. Al comando en la cancha siempre ha estado el inmortal Buffon, el portero que estuvo con el equipo en todas las etapas del proceso.

La Juventus, que esta semana se comienza a jugar ante el Mónaco la posibilidad de volver a la final de Champions, es el referente del resurgir del fútbol italiano, el único en Europa que se dio el lapo de investigar a fondo el juego sucio aunque ello supusiersa la quiebra.