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Latin up to date

Ricardo Bada
06 de febrero de 2012 - 11:00 p. m.

¿Saben cómo se llama el basket en latín? Se llama follis canistrique ludus, se los juro, y best seller se dice liber máximus divénditus, los bluyins son bracae línteae caerúleae, y la minifalda es una tunícula mínima. También el latín se pone al día.

Así las cosas, como una azafata puede ser una sonriente señorita que guía al público en los eventos públicos, y también la que atiende a los pasajeros de un avión, si la primera fuese vestida con hot pants sería una vectorum adiutrix cum brevíssimae bracae femíneae, mientras que si la segunda lo es a bordo de un jumbo, será una aeria ministratrix in capacíssima aerinavis; y allí correrá escaso riesgo de encontrarse a un miles decíduus cum parvum subligáculum, es decir: un paracaidista vestido con un mero slip, aunque puede que munido de su umbrella descensória, o sea, su paracaídas.

Se preguntarán el por qué de mis conocimientos de este latín aggiornado. Pues ello tiene que ver con que la Iglesia Católica —¡ojo!, ella, no la fe católica, tan respetable como cualquier otra— siempre me ha parecido una institución muy divertida, sobre todo ahora que carece de poder para quemar brujas y herejes. Por eso me he convertido en un asiduo del dominio web del Vaticano y es ahí donde encontré el diccionario de italiano-latín que me provoca continuas carcajadas. Y siendo como soy muy solidario, deseo compartir mi regocijo. Hay palabras donde funciona el recurso de echar mano a la toponimia: un hidalgo pasa a ser un nóbilis Hispanus; una lady una Ánglica múlier conspícua; una mazurca la saltátio Polónica; un poncho el páenula Americana; el vodka una válida pótio Slávica; y un safari una venátio Africana. También es archinatural que el agua de Colonia se convierta en odoramentum Coloniense.

¿Pero qué sucede con todo aquello que en tiempos de Virgilio ni siquiera podía imaginarse? Tal parece que la solución no fuese sino el descriptivismo macarrónico, y así lo demuestran el bidet, ovata pelvis; la bocina del carro, sonorus autocineti index; el publicista, scriptorum vulgator; el barman, tabernae potóriae minister; el kamikaze, voluntárius sui interemptor; el sicólogo, humani ánimi investigator; y el volatinero en ala Delta, aerinavis velíferae gubernator.

Para un disfrute mayor, abran en internet el enlace www.vatican.va y dentro de él la sección en español, programando en Busca la palabra Latinitas, y en el menú de ella Fundación Latinitas, y dentro de ésta el Lexicon recentis Latinitatis, que abarca más de 15.000 neologismos traducidos al latín y donde dizque han colaborado expertos de todo el mundo. La mayor parte de ellos grandes humoristas, según mi nada pía opinión.

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