Letra con alma entra

Columnista invitado EE
09 de marzo de 2017 - 09:37 p. m.

Por: Alberto López de Mesa*

John Sterlin Sierra llega en bicicleta al colegio Antonio José Uribe, ubicado en la calle tercera con novena, en Bogotá, donde trabaja como docente de artes para los grados sexto y séptimo. No teme atravesar las cuadras más calientes del barrio San Bernardo porque varios de los muchachos que se parchan en las esquinas han sido sus alumnos. De hecho, suele abordarlos para convencerlos de que vuelvan a las aulas.

Sobre la problemática de la deserción escolar dice: “Yo procuro hacer clases tan atractivas que le compitan a las tentaciones de la calle. Para lograrlo, no me atengo a las limitaciones del colegio, oficio mi pedagogía en los potreros, en las calles, en los parques. Las aulas coartan la expresividad, limitan las potencialidades de esos jóvenes que a esa edad son energía pura.”

“Más que un profe, es un amigo. Nunca nos juzga ni nos discrimina a los que fumamos vicio”, comenta un estudiante. El profesor John complementa: “Para un adolescente la prohibición es combustible de la curiosidad, de las tentaciones. Soy más útil si me usan como confidente, ellos se previenen ante toda autoridad y tienen razones suficientes pare revelarse a los dogmas y a la normatividad represiva que imparten los papás, los profesores, los curas, los policías”.

Todos los años hace alianzas con los maestros de sociales y de español para, entre todos, impartir los contenidos de esas asignaturas desde las artes escénicas. “Reniego de la enseñanza memorista, nemotécnica. En una buena clase de geografía o de historia aprendemos a apreciar las diferencias culturales, los diversos encantos de la naturaleza, las leyendas, las artes, los saberes de aquí y de allá. Con esa conciencia lo de menos son las referencias exactas y nominales. Ahí está la virtud de acercarse al conocimiento jugando al teatro, porque cuando se explora un concepto o una información para mejorar la expresión, la apropiación de los contenidos es creativa, no acumulativa”, explica.

El profe de artes sentencia que en estos tiempos lo pertinente es formar buenos ciudadanos, seres humanos sensibles, críticos, con valores, valientes y con criterio a la hora de expresar su opinión: “Eso es más importante que el aprendizaje de datos porque la noción que ofrece el mundo es la riqueza sin esfuerzo, con armas si es preciso. Los docentes tenemos que poner el alma en este empeño o los muchachos se rendirán a la noción salvaje de la plata fácil”.

El profe John Sterlin se aleja en su bicicleta. Su aspecto refleja su pedagogía.      

*Alberto López de Mesa, arquitecto y habitante de calle

 

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