Los caballeros las prefieren…

Isabel Segovia
08 de agosto de 2018 - 05:00 a. m.

La semana pasada el expresidente Santos dio varias entrevistas y en una de ellas evidenció que él y Cristina Plazas, su exsecretaria privada y exdirectora del ICBF, se habían distanciado. La molestia de Santos por la pregunta sobre la riña fue clara, tanto así que se atrevió a decirle a la periodista que la pregunta era irrelevante, práctica común no de éste sino de otro expresidente. Sin embargo, lo verdaderamente asombroso de su respuesta fue que se refirió a Cristina Plazas como “una niña que acogimos en el gobierno por siete años…”. ¿Niña? ¿De verdad? Cristina tiene la edad de nuestro actual presidente, y que yo sepa nadie se refiere a él como niño.

Somos una sociedad machista y eso se evidencia constantemente en expresiones de este tipo que, aunque parecen poco importantes, demuestran y cimientan a través del lenguaje nuestro comportamiento. Describir a Cristina Plazas como niña es machista y paternalista. Además de lo obvio, no es correcto catalogar a alguien con más de 20 años como niño, su hoja de vida evidencia que es una mujer con experiencia, que ha ocupado varios cargos en el sector público y que como mínimo al referirse a ella sería correcto decir la exfuncionaria, la exdirectora, la exsecretaria privada o la exconcejala.

Aunque me considero particularmente afortunada, pues siento que mi condición de mujer no ha sido un obstáculo para mi desarrollo profesional, puedo enumerar varios episodios, al parecer inofensivos, en donde, por serlo, a través del lenguaje he sido discriminada. En juntas y reuniones donde soy la única o una de las pocas mujeres también me llaman niña; con frecuencia se nombran entre colegas como el doctor fulanito o el doctor mengano, pero al referirse a las mujeres nos llaman por el primer nombre; los que interactúan con los miembros de las juntas, o en reuniones, tratan de usted a los hombres mientras que a las mujeres nos tutean; si hacemos comentarios, los hombres se sonríen con una expresión condescendiente; si nos exaltamos, no estamos simplemente molestas, como cualquier hombre, sino que nos convertimos en viejas histéricas, y con frecuencia se oyen expresiones como: “además de linda es inteligente” o “¿cómo logra una mujer ser profesional y mamá a la vez?”. ¿Alguna vez han oído esa expresión al referirse a un hombre, o que le hayan hecho esa pregunta sobre su paternidad?

Lo grave es que el machismo no es solamente una característica masculina, también es femenina; las mujeres aceptamos este uso del lenguaje porque generalmente estamos batallando por conquistas más grandes y sentimos que estas son tan insignificantes que si las peleamos de pronto perdemos la guerra antes de tiempo. También somos machistas simplemente porque es parte de nuestra cultura y nos acostumbraron, a hombres y mujeres, a hablar así y a pensar que referirse de esta manera a las mujeres es normal y válido. La equidad de género no se logrará si no empezamos modificando comportamientos culturales, por más banales que estos parezcan. El expresidente Santos anuncia en estas mismas entrevistas que se dedicará a cuidar a su nieta Celeste y que no va a molestar a sus sucesores. Ojalá Celeste crezca empoderada y no permita que los niños y los hombres que la rodean se refieran a ella de manera discriminatoria y condescendiente.

 

 

Sin comentarios aún. Suscribete e inicia la conversación
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta política.
Aceptar