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Los ciclos del poder

Cristo García Tapia
19 de diciembre de 2013 - 11:00 p. m.

Igual que por aquellas de 1853, en estas y en las precedentes calendas a lo largo de 140 años, “las características de la política colombiana no han estado para las expropiaciones de tierras”. Del mismo modo que no lo estuvieron, en sus momentos, “para el papel moneda”.

La lejana reforma agraria de Murillo Toro, que algún viso tenía de regular la propiedad de la tierra con criterio de equidad y de justicia social, fracasó. Y, sucesivamente, cuantos intentos se han hecho por hacer de la propiedad rural fuente de riqueza y no causa de conflictos y confrontaciones.

Y en cuanto a la política, bien puede decirse que sigue siendo arte de menor cuantía en manos diestras para la trapacería en todas sus formas.

De prestidigitadores de la voluntad popular y de adelantados de cuanta especie de mecanismo es dable inventar para procurar en su provecho el poder como medio para consolidar hegemonías, modelos y relaciones, que deriven en la reproducción a imagen y semejanza de sus intereses.

Ninguna o muy pocas veces, para señalar el rumbo de la nación por las avenidas del progreso y la civilidad y para forjarle un destino de grandeza y una identidad que se reflejen en estadios superiores de democracia, institucionalidad eficiente, inclusión social y dinámicas políticas diversas.

De eso, muy poco hemos alcanzado. Y cuando fugazmente lo avizoramos, el peso agobiante de las distorsiones nos abruma y confunde. Y ya no están los grandes conductores que vean la política “con ojos nuevos”.

Ni los partidos políticos para fermentar en la diversidad ideológica el ideal democrático, el alumbramiento de nuevas propuestas y la remoción de estructuras que entorpecen y desvían el cauce del progreso material y desarrollo humano.

Ahora todo se tasa con el precio de la indignidad y la avilantez; con el tamaño de la corrupción y la concupiscencia del poder que emana del poder; con la mediocridad elevada a la categoría de don y gracia que se sobrepone omnipotente a la inteligencia y la somete en el individuo y la sociedad.

Tal, la percepción que me deja la cautivante y provechosa lectura de Los ciclos del poder: de revolucionarios a neoliberales, de Carlos Villalba Bustillo, historiador político y jurista cartagenero, de cuya valía intelectual y académica dan cuenta otras publicaciones suyas de renovada vigencia y actualidad para el debate de las ideas, la confrontación ideológica y la apreciación de la historia como categoría incuestionable para cotejar hechos y conflictos sociales, humanos, económicos y culturales.

Bajo el auspicio editorial de la Universidad de Cartagena y Universidad del Rosario, tiene a bien Villalba Bustillo, con pensamiento crítico y ponderada ilustración, llevarnos con mano maestra y visión crítica por un largo itinerario de nuestra historia  y confrontarla en diversas etapas de su discurrir.

Y concluir con él, que el país que le antecedió a la Colombia del nuevo milenio “luce un pórtico de hermosuras junto con un traspatio de miserias”.

*Poeta

@CristoGarciaTap

elversionista@yahoo.es

 

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