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'Mal acaba quien mal empieza'

Ernesto Macías Tovar
06 de agosto de 2013 - 11:00 p. m.

La inmensa mayoría de los nueve millones de colombianos que votó por el presidente Santos nunca se imaginó que las expectativas del 7 de agosto de 2010, prometidas en su campaña, se fueran diluyendo hasta convertirse en incredulidad y desconfianza de los ciudadanos en el Gobierno.

El anuncio electoral de continuar con las políticas que lo eligieron en 2010, cayeron al cesto de la basura el primer día; mal comienzo. Hoy lo recuerda con tristeza su mentor, el expresidente Álvaro Uribe Vélez: “no dejamos el país convertido en un paraíso pero sí mejorado y con buenas tendencias”. Pues, a juzgar por la percepción ciudadana y las encuestas que tanto trasnochan al presidente Santos, en los tres años de su Gobierno el país ha retrocedido, y se desvió hacia un rumbo equivocado.   

La sola medición de imagen del Presidente refleja una realidad que, al parecer, no ven en la Casa de Nariño. Santos comenzó en diciembre de 2010 con el 82% de imagen positiva, y a partir de allí ha venido bajando sin pausa al punto que desde 2012 no ha podido superar la barrera del 50% (Ipsos NF - agosto/2013 - 49%), mientras que la imagen negativa crece (46%).

Pero, más grave aún es la calificación que los colombianos otorgan a Santos en las diferentes áreas. Por ejemplo, en la más reciente encuesta de Datexco, contratada por el periódico gobiernista El Tiempo, los colombianos califican (de 1 a 5) muy mal su gestión en los tres años. En la evaluación general solo llega a 3,0. Y por sectores: economía 2,9; salud 2,4; educación 3,06; justicia 2,3; minería 2,2; infraestructura 2,7; exportaciones 2, 8; apoyo a la empresa privada 2,6; relaciones internacionales 3,3; apoyo a la industria 2, 8; apoyo al agro 2,7; corrupción 2,4; transparencia 2,7; seguridad 2,5; impulso al sector privado 2,6; y libertad de expresión 3,2, a pesar de la “mermelada” que controla los Medios. Es decir, de 17, solo pasa en dos.  

Esto confirma que el presidente Santos ha dejado el país a la deriva confiado en que la sola firma de un papel con las Farc purificaría todos los males y quedaría bien ante la opinión pública. Su apuesta para la reelección y la suerte de la nación están en La Habana. Sin embargo, la confianza o aprobación del “proceso de paz” ha venido cayendo sin parar; en la encuesta Datexco le dan una calificación de 2,7; y en la de Ipsos NF, el año pasado el 77% lo aprobaba, y hoy solo el 59%; mientras que la desaprobación ha subido del 23 al 42%.  

Hoy, cuando comienza la cuenta regresiva del último año de gobierno, el cual para muchos y por diferentes factores será el peor de los cuatro; recordamos la lista de promesas de campaña incumplidas, que es bien larga. Y, desde luego, los principales problemas que han crecido por desidia se volverán incontrolables por la época electoral que se anticipó. Hoy vemos a un presidente Santos irascible, dedicado a pelear e insultar a la oposición; y a repartir mermelada para conformar sus listas al Congreso. 

Entonces, el último año de la era Santos será de aguda discusión política y de gestión de gobierno improvisada porque tratará de hacer en un año lo que no hizo en tres. Y, sin duda, ahí estaremos activos en ese debate.          

@emaciastovar 

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“Sin duda, el presidente Santos ha dejado el país a la deriva confiado en que la sola firma de un papel con las Farc purificará todos los males y quedará bien ante la opinión pública. Su apuesta para la reelección y la suerte de la nación están en La Habana.”

 

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