Más altos y más anchos

En un estudio realizado en 1893 por el médico Manuel Cotes sobre la alimentación de los jornaleros de la Sabana de Bogotá, éste señaló que la de esos trabajadores es tan deficiente que "es frecuente que a las dos de la tarde no puedan ya levantar, por el agotamiento, debido a la falta de alimentos, un azadón".

La alimentación de esos trabajadores rurales estaba compuesta de pequeñas cantidades de chicha, mazamorra, pan y chocolate. Esa situación de inadecuada alimentación era generalizada en la época. Por esa razón, los colombianos de fines del siglo XIX y comienzos del XX alcanzaban en su edad adulta a tener una talla muy baja: un promedio de 1,5 metros en el caso de las mujeres y 1,6 en el de los hombres. La gente era bajita y tenía un bajo peso, tanto los niños como los adultos. Sólo excepcionalmente había gente obesa.

La situación nutricional de la mayoría de los colombianos mejoró a lo largo del siglo XX. Además, los avances en la salud pública, sobre todo el suministro de agua potable y, en menor medida, los avances de la medicina ayudaron a mejorar la nutrición neta. Como resultado, buena parte de la población empezó a alcanzar una estatura más cercana a la de su potencial genético. En el siglo XX, el aumento en la estatura promedio de los colombianos fue de un centímetro por década, es decir, que ya para los nacidos a finales del siglo la estatura promedio era de 10 centímetros más que en 1905: 1,6 metros para las mujeres y 1,7 para los hombres. En términos comparativos internacionales, un logro bastante bueno.

A pesar de lo anterior, todavía hay un alto porcentaje de colombianos que no alcanzan a crecer hasta su estatura potencial. Por ejemplo, se calcula que en 2010 el 13,2% de los niños menores de cuatro años presentaban desnutrición crónica. En la medida que se vaya eliminando la desnutrición irá aumentando la estatura promedio de los colombianos. Aunque no hemos terminado de “crecer hacia arriba”, ahora se está presentando un nuevo cambio antropométrico en Colombia: “crecer hacia los lados”. El sobrepeso es un problema que se ha presentado de manera muy clara en las últimas tres o cuatro décadas en muchos países desarrollados. La peor situación se presenta en Estados Unidos, en donde la obesidad aumentó muy rápidamente, hasta convertirse en uno de los problemas de salud más relevantes para ese país.

Una persona es considerada obesa si tiene un índice de masa corporal de más de 30. Ese índice se calcula dividiendo el peso de una persona en kilos por su estatura en metros al cuadrado. En la actualidad más del 30% de la población en Estados Unidos presenta un cuadro de obesidad. Las causas principales de esa situación son las dietas inadecuadas, los alimentos ricos en grasa, el bajo consumo de frutas y verduras, y el sedentarismo.

En Colombia no hemos terminado de solucionar el problema de la desnutrición y ya se evidencia un problema creciente de obesidad. De acuerdo con la Encuesta Nacional de Nutrición y Salud de 2010, en nuestro país el 11,6% de los hombres y el 20,1% de las mujeres son obesos. Esto tiene consecuencias negativas sobre la salud, además de que incrementa los gastos en atención médica y la mortalidad debido a que lleva a enfermedades crónicas como la diabetes. Por esa razón, es necesario que se adelanten políticas preventivas de salud pública para evitar que en un futuro no muy lejano tengamos problemas de desnutrición y obesidad simultáneamente.