Más de lo mismo

Iván Mejía Álvarez
12 de septiembre de 2015 - 09:38 p. m.

Cuando se anunció el partido de preparación contra la selección de Perú, el juego tenía todas las condiciones esperadas para un amistoso, tras los partiduchos contra Baréin, Kuwait, El Salvador y Canadá. Un rival potente, conocido, con el que se podían buscar las nuevas caras. No había aparentemente objeción.

El tema se complicó cuando el sorteo determinó que Colombia y Perú abrirían la eliminatoria. Y allí, en ese momento, de ser un partido importante pasó a ser un partido inconveniente y peligroso. Como las páginas de los periódicos no dejan mentir al redactor, es fácil constatar que esto se dijo y se escribió en esta columna a los pocos días de conocido el sorteo.

Bedoya dijo que el partido estaba firmado y que no se podía cambiar. Esa fue su versión. Entonces, a jugar, por más inconveniente y peligroso que fuera. Además, Bedoya no hizo gestión para conseguir otro rival en la primera fecha de la doble jornada FIFA, y cancelar el único acuerdo suscrito lo dejaba expuesto públicamente.

Lo curioso es que se pregonó que el partido estaba firmado y resulta que el juego lo organizó una empresa llamada Futgol Sport Marketing, propiedad de Nicanor Córdova, un señor de nacionalidad peruana, propietario de algunos negocios en Nueva York. Concretamente, en las vallas estáticas del estadio se veía la publicidad para Nikos Sea Food, negocio localizado en Port Chester, Nueva York.

Resulta que la empresa antes mencionada, Futgol SM, sólo se constituyó legalmente el 6 de agosto de este año, es decir, un mes y dos días antes del partido. Resulta extraño que Bedoya haya dicho que no se podía cancelar porque había un precontrato cuando el organizador sólo tuvo vigencia legal en la fecha de la constitución de la sociedad. Con quién había suscrito el precontrato, de dónde aparece este sujeto Córdova y cuál es su relación con Bedoya, los Hinkis, Burzako y demás yerbas del pantano, ahora cantando en La Florida a grito herido. ¿Podrá el presidente de la Federación entregar una explicación coherente a este curioso episodio?

Claro, lo que mal comienza, mal termina. El partido era peligroso e inconveniente, y así se demostró, porque los peruanos cosieron a patadas a James y prácticamente lo sacaron del partido en Barranquilla. Alguien dirá que se pudo haber lesionado contra otro rival. Es cierto, pero se podría haber evitado si Bedoya hubiera actuado con el sentido común que indicaba que no se debía jugar ante el rival del primer partido, pero sus negocios con empresas piratas como Futgol SM lo impidieron.

 

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