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Mas PISA Maluca

Alberto Carrasquilla
10 de julio de 2014 - 05:17 a. m.

Por fin se hizo público el sexto y último volumen que analiza los resultados del examen PISA que unos 510 mil estudiantes de 15 años, provenientes de 65 países, entre ellos unos 9 mil colombianos, tomaron en el año 2012. En esta ocasión, el documento es especialmente interesante por cuanto mide por primera vez lo que podríamos llamar el alfabetismo financiero, es decir, la capacidad de los jóvenes de moverse en el contexto --tan mundano como indispensable en la vida real-- de las facturas, los préstamos, las tasas de retorno y varios animales semejantes.

Los resultados son interesantes porque una amplia literatura especializada muestra que el analfabetismo financiero tiene efectos negativos en la calidad de vida de quienes la sufren por cuanto toman decisiones que a la postre, les resultan empobrecedoras. En un interesante ejercicio de simulación, por ejemplo, se encuentra que si al comenzar su vida laboral todo el mundo tuviera un grado elevado e idéntico de conocimientos financieros, pero enormes diferencias en educación en general (universitarios los unos, bachillerato incompleto los otros), la población inicialmente menos educada podría elevar en un 18% el valor de sus activos al jubilarse y, en consecuencia, la desigualdad patrimonial respecto de las personas inicialmente mas educadas bajaría un 12% en dicho momento crucial. La educación financiera es, en ese sentido, una poderosa herramienta tanto en materia de creación de riqueza a nivel agregado, como de equidad social.

En contra de esta herramienta progresista se ejerce una fuerza paradójica importante: la gente no va a invertir tiempo y esfuerzo necesarios para educarse financieramente y mejorar, en consecuencia, sus perspectivas de mediano y largo plazo, si cuenta con un colchón provisto por algún tercero. El joven aristócrata preferirá dedicarle esos meses a aprender un sexto idioma, a perfeccionar su destreza en el piano o al amable ejercicio de la filantropía de alto perfil. La hija de Papi invertirá ese tiempo en vértigos un poco mas intensos, pero el punto de fondo es el mismo: con la certeza de un generoso colchón, es irracional invertir esfuerzo en entender de pagarés y de depósitos porque el costo de oportunidad es, sencillamente, demasiado alto. Los terceros que proveen el colchón de marras en este par de casos ni quitan ni ponen desde el punto de vista distributivo. El caso importante es ese omnipresente tercero al que llamamos Estado.

Para ponerlo crudamente, de la manera más políticamente incorrecta posible, va un ejemplo imbécil, pero ilustrativo. Digamos que una joven de pelo negro inicia su vida laboral sabiendo que tiene un derecho fundamental a cierto mínimo vital que, como su nombre lo indica, la va a amparar el resto de su vida. Al contrario, digamos que su amiga de pelo rubio no tiene ese derecho fundamental al mínimo vital y por ende tiene más incentivos a educarse financieramente y construir su propio futuro económico. El punto de fondo es que la suma del nivel de educación financiera que escogen este par de amigas, o que escoge una u otra sociedad en el caso mas general, es más alta entre mas bajo sea el mínimo vital que, comparativamente, las ampara.

Como ya es parte del paisaje nacional, los resultados de este nuevo componente de las pruebas PISA fueron pésimos para Colombia. De hecho, los resultados de este componente, que se administró en 16 países y dos regiones (la comunidad flamenca belga y Shanghai), arrojó otro baldado de agua fría: Colombia quedó en el último lugar con 379 puntos, muy distante de Italia, el penúltimo, que obtuvo 466. De hecho, nuestros resultados son tan malos, que no hay un solo país estadísticamente parecido al nuestro. Somos el lobo solitario del sótano.

Tomados en su conjunto, ya con el informe completo en las manos, a nuestro desempeño en PISA no queda sino lamentarlo y no hay país serio que, de cara a semejante semáforo de alerta, tome camino diferente al de poner el alma entera en arreglar ese adefesio que es nuestro sistema educativo. En mi concepto, el volumen 6 devela la posibilidad inquietante de que parte importante del problema sea la somnolencia que, empezando por los jerarcas de las instituciones educativas y por los padres de familia, siempre producen los colchones.

@CarrasqAl



 

 

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