Medidas cambiarias infructuosas

Eduardo Sarmiento
07 de noviembre de 2010 - 03:00 a. m.

Por diferentes conductos manifesté que las medidas adoptadas la semana pasada para detener la revaluación son similares a las que se han tomado en los últimos siete años sin mayor efecto. Así lo han venido a confirmar los hechos. El tipo de cambio bajó de $1.845 a $1.815 de viernes a viernes.

Éstas tenían dos elementos sobresalientes. Primero, dejar los ingresos de divisas en el exterior y reducir la financiación con crédito externo; segundo, bajar aranceles para reducir las importaciones y ampliar la demanda de divisas.

El primero pretende dar una señal de austeridad fiscal. Los recortes de ingresos de divisas no están avalados por una reducción igual que el gasto. De hecho, tendrán que ser compensados por otras fuentes, como la colocación de TES, que inevitablemente generarán estímulos para ingresar las divisas por otros conductos.

La baja de aranceles está orientada a abaratar las importaciones de materias primas y bienes de capital para que las empresas compren en el exterior, demanden más divisas y eleven el precio del dólar. Pero este principio ya fracasó. La revaluación ha abaratado las importaciones y debilitado las actividades que compiten con ellas, pero no ha contribuido a recuperar el precio de la divisa

Lo que ocurrirá es que el abaratamiento de las importaciones se va a adicionar a la revaluación. Es el típico remedio que resulta peor que la enfermedad, por eso el paquete de disposiciones tuvo un efecto contrario. En los cinco días siguientes la revaluación estuvo acompañada del disparo de los precios de la Bolsa (3%).

El Gobierno espera que el retiro de divisas por las dos medidas descritas y por la compra de US$20 millones diarios le extraiga a la economía un volumen de divisas tres veces mayor que el excedente de ingresos sobre los egresos, y a renglón seguido concluyen que el dólar entrará en franca devaluación. No se advierte que se trata de un mercado de burbuja en donde no se cumplen las leyes clásicas de la igualdad de la oferta y la demanda.

La situación se agravará por la política monetaria de EE.UU. La compra de títulos del Tesoro por parte de la FED, al bajar la tasa de interés de largo plazo e inundar el mundo de divisas, acentuará la valorización bursátil y las presiones de revaluación, incrementando la rentabilidad de la burbuja.

Los fiascos de la regulación del tipo de cambio se originan en la confluencia de la inundación de dólares y el tipo de cambio flexible altamente influido por la especulación. La solución de fondo no es distinta a quebrar la burbuja para eliminar los estímulos a ofrecer las divisas por debajo de sus fundamentos, bien limitando y encareciendo la inversión extranjera o bien sustituyendo el tipo de cambio flexible por una modalidad de intervención indefinida y precio anunciado.

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