Millos los trae, Nacional los aprovecha

Antonio Casale
23 de junio de 2017 - 03:00 a. m.

Juan Carlos Osorio llegó a Colombia en 2006 para trabajar en Millonarios. En ese entonces se burlaron del técnico risaraldense, quien pese a contar con una nómina limitada logró llevar después de varios años y muchas crisis a la escuadra bogotana a un torneo internacional: la Copa Sudamericana. Decían que no era DT para equipo grande porque nunca había dirigido en propiedad a pesar de haber trabajado en el fútbol de Inglaterra por varios años siendo el único entrenador colombiano en hacerlo. Se reían de él por el método de entrenamiento que trajo, le decían “el recreacionista”.

Millonarios hizo lo más difícil, traerlo, pero lo dejó ir muy fácil. No le armaron un colectivo suficientemente competitivo, acorde con su sed de triunfos y terminó yéndose. Años después se convirtió en uno de los entrenadores más ganadores del archirrival de Millonarios, Atlético Nacional. El equipo bogotano lo trajo, se lo presentó a Colombia, pero fue el verdolaga el que sacó lo mejor de su repertorio en beneficio propio y de su hinchada. Quienes han sido dirigidos por Osorio manifiestan que hay un antes y un después en sus carreras marcado por el de Santa Rosa de Cabal.

En 2014 Millonarios trajo a Juan Manuel Lillo, un ilustre desconocido español para la mayoría de hinchas. El exasistente de Sampaoli en Sevilla y la selección chilena es maestro de Guardiola, reconocido por el mismo Pep en la biografía escrita por Guillem Balague titulada “Otra manera de ganar”, en la que el exitoso técnico catalán reconoce que fue a terminar su carrera como jugador a México motivado por terminarse de formar como entrenador para la élite bajo sus órdenes. Quienes han sido dirigidos por él manifiestan que hay un antes y un después en sus carreras marcado por el español.

Lo cierto es que Lillo, al igual que la mayoría de entrenadores que han pasado por Millonarios en los últimos años, hizo una campaña más que decente con una nómina que no corresponde con la grandeza de la institución.

Lillo, al igual que Osorio cuando llegó a Colombia, no ha ganado nada, es cierto, pero ha demostrado que tiene grandes condiciones para dirigir. Será la primera vez que tenga que gestionar una nómina poderosa con todo lo que ello incluye y no sabemos el resultado que pueda dar.

Lo cierto es que en Nacional, al igual que Osorio, encontrará todo lo que en Millonarios no, un equipo que invierte para ganar, no para ser protagonista y poco más. Hay razones de peso para pensar que la historia se puede repetir, lo que sería muy triste para la fanaticada azul, cansada de ver vueltas olímpicas de color verde.

 

 

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