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Minagricultura: una olla podrida

Uriel Ortiz Soto
05 de agosto de 2010 - 05:31 a. m.

El título de esta columna, no es un capricho, ni con el ánimo de incomodar a nadie, es simple y llanamente el molde de la caótica situación que viene padeciendo  el Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural, desde hace varios años, pero que lamentablemente los ministros que han desempeñado tan importante posición, han pasado de agache.

No tuvieron el suficiente valor civil para sacar a la luz pública toda una maraña de peculados, saqueos, negociados, entuertos, y desfachateces, que se cometen casi a diario en el seno de la entidad y sus instituciones adscritas.

Quiera Dios, que el entrante Ministro, Juan Camilo Restrepo Salazar, a quien le reconocemos amplio profesionalismo sobre políticas del Sector, dé un diagnóstico claro sobre el ministerio de Agricultura que va a recibir, ya que el saliente, Andrés Fernández Acosta, se sentó en la tapa de la olla podrida para no dejarla explotar y evitar que las iniquidades de sus antecesores, Andrés Felipe Arias y Carlos Gustavo Cano, salieran a relucir ante la opinión pública.

Todo el País reconoce que el presiente Uribe, fue un constante impulsor de las políticas agropecuarias, pero lamentablemente se confío demasiado en sus ministros y mandos medios, que no tuvieron la delicadeza de responder con el mismo valor altruista que lo hizo el jefe de Estado, de aprobar importantes partidas para diferentes proyectos a través de las políticas Conpes. Esto lo vimos y lo percibimos en los Concejos Comunales de Gobierno, que se desarrollaron cada ocho días en diferentes regiones del País, durante los ocho años de Gobierno.

La situación es tan crítica, que basta con leer un informe reciente que concluyó la Contraloría General de la República, al dejar constancia de las deficiencias del manejo administrativo y financiero en todos sus niveles: en los procesos de adjudicación de contratos, en programas de vivienda rural, en subsidios que se otorgan a pequeños y medianos productores, entre muchos otros desaciertos. Nadie entiende cómo personas que se encuentran seriamente cuestionadas por malos manejos en otras entidades, vayan a escamparse al Ministerio de Agricultura, a manejar programas y proyectos que son de interés para el desarrollo rural campesino.

Todo el País conoce que sus entidades adscritas, desde hace varias décadas están en el ojo del huracán, recordemos: el Ina, Inderena, Idema, Inpa, Caja de Crédito Agrario, Incora, entre otras, que debieron ser liquidadas víctimas de la corrupción propiciadas por delincuentes de cuello blanco, - incrustados en las mismas entidades-, hasta llegar al Incoder que se ha convertido en la peor vergüenza nacional, por la cantidad de cuestionamientos que tiene; desde sus inicios, hace escasos diez años, no ha sido más que una cadena de saqueos, robos, chanchullos y peculados.

Para el programa  de restitución de tierras a los desplazados, que va a ser una de las banderas del nuevo gobierno a través de su Ministro de Agricultura, considero que el Incoder, debe reestructurarse con el fin de no ir a cometer los mismos errores que hasta la fecha se han reincidido, son miles los predios mal adjudicados, acompañados de compadrazgos y a lo mejor envueltos en chanchullos, que solo en los estrados judiciales podrá desentrañarse. Qué decir también de otras entidades dependientes, como: Corporación Colombia Internacional, CCI; y Corpoica, que se han convertido en el apéndice de los Ministros de turno para la celebración de contratos turbios y desviación de grandes partidas destinadas a nuestros campesinos.   

Todos sabemos que nos encontramos convalecientes del escándalo de, Agro ingreso Seguro, AIS, que estremeció hasta la médula a más de un Colombiano, sin embargo, este parece ser apenas una escaramuza comparada con lo que se viene rumorando al interior del Ministerio, al entrar a esta entidad lo que respira es un ambiente bastante pesado y malsano, estoy absolutamente seguro que son varios los funcionarios de reconocida honestidad que llevan varios años laborando en sus dependencias, que estarían dispuestos a colaborar en una investigación con carácter urgente, que deben abrir los Organismos de Control, de cara a la opinión pública, para que se conozca toda la verdad de lo que desde hace varios años viene sucediendo.

Siempre hemos dicho a través de esta columna y lo seguiremos repitiendo sin ningún temor, que si queremos un sector agropecuario eficiente, al servicio de nuestros campesinos, debemos acercar sus instituciones a los centros de producción rural; acabar con tanto intermediario: federaciones, fundaciones, asociaciones y cooperativas, que están prestando un servicio bastante costoso, cuando no es que se apoderan de los subsidios y demás tributos que gira el Estado para los pequeños y medianos productores a través del Ministerio de Agricultura y sus instituciones adscritas.  
 
urielos@calble.net.co
urielos@telmex.net.co

Respuesta del ex ministro de Agricultura  Carlos Gustavo Cano.

Respuesta del ex ministro de Agricultura Andrés Felipe Arias

 

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