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Ministros renuentes

Gustavo Páez Escobar
07 de marzo de 2015 - 12:38 a. m.

El exministro y exparlamentario Edmundo López Gómez se refiere en su artículo del pasado 27 de febrero en El Nuevo Siglo al proyecto de disminuir la cotización de salud de los pensionados del 12% al 4%, para nivelarla, como es de elemental justicia, con la cifra que pagan los trabajadores activos.

Esta vieja aspiración de los pensionados había logrado un avance, casi definitivo, con el proyecto de ley 183 de 2014, liderado por el exministro de Trabajo Rafael Pardo, el que fue aprobado en primera instancia por la Comisión Séptima de la Cámara de Representantes en mayo de 2014. Ya se consideraba ganada la batalla. Pero se atravesó el ministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas, con el argumento de que dicho proyecto amenazaba la sostenibilidad fiscal.

En la campaña presidencial, el presidente Santos les habló así a los pensionados: “Hay un proyecto de ley en el Congreso de la República, y yo voy a aprobar ese proyecto de ley. Ustedes han sido las víctimas de un sistema lleno de dificultades, de burocracias, inclusive de corrupción”.

Y el aspirante a la Vicepresidencia, Germán Vargas, fue enfático en afirmar: “No hay derecho y no puede ser que cualquier trabajador colombiano esté cotizando en materia de salud el 4% y los jubilados el 12%. Vamos a unificar el régimen para que los jubilados coticen en igualdad de condiciones a como lo hacen todos los trabajadores del país”.

La decisión gubernamental, sumada al ambiente parlamentario, favorecía el trámite de la ley 183, pero no se contaba con la obstinada oposición del ministro Cárdenas. Él anteponía el afán fiscalista a la justicia social. El vicepresidente Vargas, que ha debido ejercer un papel fundamental, prefirió olvidarse de sus palabras promisorias en los días de la campaña.

El nuevo ministro de Trabajo, Luis Eduardo Garzón, reconocido exlíder sindical, se fue por el camino cómodo de no indisponerse con el jefe de las finanzas, y en lugar de abogar por la causa de los pensionados (que debería ser una de sus banderas en el ministerio), se convirtió en invitado de piedra, que ni opina, ni muestra el carácter de su alta investidura, ni da la pelea que debe dar. Ambos ministros se han comportado como enemigos de los pensionados.

Edmundo López hace esta revelación de suma gravedad: según informantes suyos, el ministro Mauricio Cárdenas “se salió de los trapos para amenazar con su renuncia si el Congreso aprobaba la nivelación de los aportes para la salud”. Por lo visto, este anuncio fue suficiente para congelar el proyecto de ley.

¿Dónde queda la palabra del Presidente? ¿Y la del Vicepresidente? Desconcierta saber que vale más un ministro prepotente que el propio Presidente, que en este caso ha terminado tolerando la voluntad de su ministro y guarda silencio frente a sus ofertas de la campaña presidencial. Increíble que esto suceda. Los ministros deben ser leales con el Presidente, y si no comparten sus órdenes, deben dejar sus cargos. Es lo que pide el columnista López Gómez dentro de este deplorable capítulo de la farsa nacional: que renuncien los ministros de Hacienda y de Trabajo.

En cuanto a la tesis de la “sostenibilidad fiscal”, olvida el ministro que ese argumento no tiene validez, por cuanto viola lo consagrado en el acto legislativo 03 de 2011 (que hace parte, por tanto, de la Constitución), donde se establece: “…bajo ninguna circunstancia, autoridad alguna de naturaleza administrativa, legislativa o judicial, podrá invocar la sostenibilidad fiscal para menoscabar los derechos fundamentales, restringir su alcance o negar su protección efectiva”.

escritor@gustavopaezescobar.com.

 

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