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Muy lejos de los tigres

Luis Carlos Vélez
05 de enero de 2014 - 10:00 p. m.

Bangkok se siente como Bogotá. La ciudad es caótica, con mucho tráfico, contaminación visual y comercio desorganizado.

Sus colores son similares, el verde propio del trópico se deja ver en sus montañas y en los árboles que hacen todo lo posible para combatir los altos niveles de polución. Como en la capital colombiana, la pobreza es evidente. A pesar de sus grandes construcciones, los barrios de escasos recursos abundan. La mayoría de casas son pequeñas y las construcciones de vivienda popular están por toda la ciudad.

Como en Bogotá, el comercio informal tiene tomada la ciudad. Eso sí, con un respeto casi militar a la limpieza. A pesar de que las principales zonas de Bangkok se caracterizan por tener un mercado ambulante y preferiblemente nocturno, es difícil ver papeles tirados en el piso o basura a simple vista. La capital de Tailandia cuenta con un aeropuerto gigantesco, sus múltiples terminales se conectan con un centro comercial de marcas de lujo que tiene cerca de un kilómetro de largo. Su sistema de conexiones aéreas difícilmente deja aviones sin mangas y su operatividad es de primer mundo.

También se destacan sus carreteras. La vía de la terminal aérea a la ciudad es elevada y de 5 carriles. Es una autopista circunvalación que rodea la ciudad. Y para completar, Bangkok tiene un sistema de metro amplio, efectivo y barato, que todos los estratos usan por ser mucho más rápido que el carro o el bus.

Tailandia es una nación en desarrollo. Ha entendido que uno de sus pilares económicos es el turismo y lo exprime al máximo. Lo interesante es que en esa escala de naciones en vía de desarrollo, Tailandia a duras penas es considerado un “tigre menor” junto a Malasia, Filipinas e Indonesia. Se trata de un grupo de países asiáticos en vía de desarrollo que empezó su transformación económica después de Hong Kong, Singapur, Corea del Sur y Taiwan, considerados los verdaderos tigres asiáticos.

Recorriendo sus vías, montando en su metro y caminando sus calles limpias, no parece lógico meter en la misma bolsa a Colombia con Tailandia. Difícilmente nuestro país está en el mismo cuadro económico que el de muchas naciones del sudeste asiático, consideradas en vía de desarrollo.

Pero no se trata de su nivel del producción, su PIB es muy parecido al de Colombia, su estimado para el 2013 es de U$ 645 mil millones, mientras el nuestro es de U$497 mil millones. Así que definitivamente hay algo más. Se llama corrupción, y es que por acá no pasaron los Nule ni los carteles de la contratación que en las últimas administraciones se han apoderado de Bogotá vía sus alcaldes corruptos. Mientras estos tipos sigan existiendo y lo que es peor, los sigamos eligiendo, no hay manera de que tan siquiera seamos un país en vía de predesarrollo. Algo realmente triste.

Director de Noticias Caracol

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