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No nos equiparen

Cartas de los lectores
13 de septiembre de 2012 - 10:56 p. m.

Quiero pedirles un encarecido favor: a nosotros, los militares, no nos equiparen con los narcoterroristas de las Farc, no nos ubiquen al mismo nivel de esos asesinos.

Las oraciones mal orientadas pueden ocasionar gran daño, como por ejemplo la frase que redactó María Elvira Samper en su columna de opinión del 8 de septiembre: “... Al fin y al cabo, unos y otros son militares, y piensan y actúan dentro de la misma lógica. Es decir, entre militares se entienden”. ¡Por Dios! ¡Ni las Farc, ni el Eln, ni las bacrim tienen comparación alguna con un ejército legalmente constituido! Es denigrante que me comparen con estos terroristas, narcotraficantes, secuestradores y reclutadores de niños.

Pedro José Ortiz. Bogotá.


Fútbol vs. patinaje

Me gustaría saber por qué le dan tanto cubrimiento y primera plana a la selección Colombia que no ha ganado nada en los últimos 11 años, pero una noticia como que Colombia es campeón mundial de patinaje la dejan a media página y no le dan la importancia que merece.

¿Cómo se va a interesar el pueblo en otras cosas si no las difunden como es debido? ¿O es que un campeonato de patinaje es muy poca cosa respecto a un partido de fútbol de eliminatoria al Mundial?

La verdad, esto es una reclamación que les hago, más que una sugerencia o solicitud.

Alejandro García. Bogotá.

 

‘Nani’

La suya es, posiblemente, una de las zonas más densas de El Espectador. Es para mí siempre la primera lectura, no sólo porque ocupa un lugar estratégico en el tabloide sino porque sus enfoques humanistas suelen no tener par. La manera como esta joven colombiana se dirige a sus lectores cada día no le deja sorpresa alguna a quien se dé a la tarea de verificar que posee muy alta y merecida prestancia en Europa, tanto como críticas de baja estofa en nuestra parroquia sotanizada. Quedaría fuera de concurso de algún reality que pretendiera descubrir alguien con juventud, estética y dialéctica en una sola persona. Mujer que evidentemente se ha trabajado mucho a sí misma, no necesita reproducir las oraciones que favorecen la dulzarronería de las masas para dar en sus blancos. No se acepta ni acepta el modelo de mujer sojuzgado por la subcultura cristianizada y por ello produce ronchas entre los sojuzgadores. No se acepta ni acepta las verdades comunes y ello no les gusta a las mayorías que engordan papando moscas. Me había tardado en poner esta nota en el sitio que se merece. El Espectador se luce contando con ‘Nani’ entre sus más prestantes periodistas.

Bernardo Congote. Bogotá.

Envíe sus cartas a lector@elespectador.com

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