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Obama, gobernando por decreto

Luis Carvajal Basto
03 de febrero de 2014 - 07:01 a. m.

La reacción de un presidente al que se le acaba el tiempo. Demócrata sí, pero no tonto.

 La decisión del presidente de los Estados Unidos para gestionar todo lo que pueda sin recurrir al Congreso, es una respuesta a las malas encuestas, en las que hasta un 60% le es desfavorable, pero también un reconocimiento de las deudas pendientes con un electorado para quien ha sido su gran esperanza, a veces frustrada. Ha decidido poner freno, “por decreto”, a la dura e irracional oposición republicana, en una confrontación en la que Obama parece haber perdido en su manejo del Congreso, variable en que hasta un 78% de sus compatriotas le desaprueba. Nadie olvida que los republicanos “le hicieron la fiesta” con el cierre del gobierno.

Pero, aun perdiendo en las encuestas, ante la peor crisis en décadas el presidente respondió como debía: cuando le tocó puso a funcionar la máquina de hacer billetes e incrementó, hasta donde fue posible, el gasto público dando un aire indispensable a la economía, de la mano con el apoyo de la reserva federal que mantuvo las tasas de interés pegadas a cero y respaldó, comprando bonos por cifras millonarias, la credibilidad en el gobierno y las finanzas públicas. Hoy, cuando todavía le llueven críticas a pesar de evitar lo que pudo ser para el mundo un gran desastre, muchos resultados le acompañan pero su propia imagen está en el peor momento.Sus logros son indiscutibles, como lo recordó en su intervención sobre el estado de la nación: “ la tasa de desempleo más baja en más de cinco años; un mercado de la vivienda mejorando; un sector manufacturero que está agregando puestos de trabajo por primera vez desde la década de 1990; más petróleo producido en Estados Unidos que el comprado en el resto del mundo, la primera vez que ha sucedido en casi veinte años ; el déficit reducido a más de la mitad, y por primera vez, por primera vez en más de una década, los líderes empresariales de todo el mundo han declarado que China ya no es el lugar número uno del mundo para invertir: es Norteamérica”. En síntesis, el presidente ha hecho la tarea.

El gran mérito de Obama, y por lo que todos debemos estarle agradecidos, consiste en haber hecho exactamente lo contrario a lo que la ortodoxia neoliberal, y la oposición republicana, recomendaba, en plena crisis y en un momento en que nadie sabía cuál era el camino adecuado. Ahora, cuando crecimiento y empleo son aun modestos pero indiscutibles, pone sus ojos sobre la distribución de los ingresos, reconociendo que su país salió del hueco pero los más pobres ganan menos, lo que no es solo un problema moral si no un freno a la capacidad de la economía para expandirse.

El reciente declive de su imagen no tiene que ver con las grandes cifras de la economía sino con la cuenta de cobro que le facturó la oposición por el cierre forzado del gobierno, en realidad un “logro” de los republicanos, y un error administrativo al implementar la reforma a la salud, el colapso de una página web convertida en eje de esa gestión. También, porque empieza a tener el sol a sus espaldas y ni él ni su partido pueden correr riesgos en las elecciones legislativas del próximo noviembre. Muchos candidatos al Congreso prefieren hacer campaña con una Hillary Clinton en ascenso y probable candidata presidencial (73% entre los demócratas en las encuestas) que con un Obama empezando a despedirse.

Recordaremos a Obama como el primer presidente negro en un país que hasta hace pocos años, abiertamente les discriminaba, pero también como el que tuvo la lucidez y el valor necesarios para usar todas las herramientas del gobierno a su disposición para salvar a su país y al mundo de una gran amenaza, generada por la voracidad sin control de algunos pocos. Aunque le vaya mal en las encuestas; aunque no hubiese cerrado, todavía, Guantánamo; aunque gobierne por decreto, la mayoría de ciudadanos del mundo “volveríamos” a votar por Obama.

@herejesyluis

Presidenciales: La “movida” del sector Pastranista-Uribista del Conservatismo, que hasta ahora va en la candidatura de Marta Lucia Ramírez, con el equipo de campaña que ha nombrado, inevitablemente nos hace recordar los “mejores” momentos del Caguan.

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