Alineación

En el arco Kasper Schmeichel tampoco sabe que los daneses tuvieron su reino en esas tierras medias de Inglaterra.

A sus 29 años no se puede decir que es novato, sabe suficiente de derrotas como es indispensable para cualquier arquero. En su primer día con la selección nacional encajó tres goles en 24 minutos frente a la temible Macedonia. Robert Huth, un alemán de 31, es el ogro en la defensa, un luchador de área que bien podría ser lanzador de martillo. Pero nadie puede decir que no sabe cuidar las 18: ha vestido la camisa alemana al lado de Oliver Kahn, de Lahm, de Ballack, no importa que la última vez haya sido en 2009, en un apretado 7-2 frente a Emiratos. Christian Fuchs es otro de los encargados de las tareas opacas en el área propia. Un austriaco invisible hasta para los árbitros: luego de 375 partidos oficiales no conoce la tarjeta roja. Un hombre paciente, necesitó 11 juegos y cuatro años de convocatorias para celebrar un triunfo con su selección. Danny Simpson es el primer inglés de la formación; conoció a Rooney, a Piqué y a Ferguson como “practicante” del Manchester United en 2008. Wes Morgan es el capitán de los zorros; con 32 años no olvida su debut con Jamaica frente a Francia, un 8-0 formador para cualquier defensa. Solo ha conocido dos equipos, el Nottingham Forest, último chico en ganar la liga inglesa, y el Leicester, que ha pasado de la escaramuza a la amenaza.

El medio campo está lleno de fondistas. Eso llevó a su técnico Ranieri a decir: “somos como Forrest Gump, lo que hacemos es correr y correr”. Marc Albrington tiene tres camisetas de Inglaterra en su clóset: fue suplente en tres juegos de la selección sub-21 en 2010, tal vez también haya guardado la camisa del Rapid de Viena contra el que disputó uno de sus tres juegos en copas internacionales. Hace poco se ganó un bingo: marcó el gol 20.000 de la Premier. Danny Drinkwater es otro corredor inglés; también pasó por los camerinos del Manchester United sin minutos en la cancha y luego de cuatro “cesiones” el Leicester pagó EUR $900.000 por su pique. N’golo Kanté llegó con buena fama del Caen de la segunda división francesa. Quitar y entregar rápido es su filosofía, la misma de su equipo al que no le gusta tener la pelota, se la entrega al rival así juegue en su casa. Un buen anfitrión, aunque algo traicionero.

Shinji Okasaki es el mundialista del club y su ficha más costosa (EUR$ 10.000.000), en este equipo que lleva la contabilidad en una sola página. En Japón y Corea fue suplente en los cuatro juegos y sufrió desde el círculo central la eliminación por penales ante Paraguay. En Brasil marcó la honrilla en el 4-1 frente a Colombia. Un japonés formado en Alemania es un sueño para cualquier técnico.

Más cerca del arco contrario están Riyad Mahrez y Jamie Vardy. Entre los dos han marcado el 68% de los goles del equipo esta temporada. El argelino llegó costando US$500.000 también desde la segunda división francesa; es la perla del equipo según el balance del dueño tailandés. Y con el 9 está Jamie Vardy, un delantero de esos que estallan tarde: hace poco le quitó a Van Nistelrooy su récord de 10 partidos consecutivos celebrando en la Premier y se ha ganado la 9 de la selección inglesa aunque sin suerte. No ha podido marcar con su selección, ni siquiera jugando 90 minutos en un 6-0 frente al naufragado San Marino. Ranieri reza para que guarde su olfato para las cacerías en casa.

El Leicester se ha convertido en un emblema inesperado en tiempos de escándalos tributarios y tablas de inversión superpuestas a tablas de clasificación. Es tiempo de que en la cancha se demuestre, como lo ha dicho Javier Marías, que el fútbol no es solo “calidad y pizarra, porque en él están también los sentimientos que rigen la vida: hay coraje, hay solidaridad, hay vergüenza, hay revancha, hay nobleza y hay encono”.